jueves 28 de marzo de 2024
EDITORIAL

Testimonios que reparan y previenen

Por Redacción El Ancasti

Después del testimonio de la joven actriz Thelma Fardín, quien denunció que fue violada por Juan Darthés cuando tenía apenas 16 años, el “Me Too” argentino amenaza con extenderse, replicando el fenómeno original ocurrido en el ambiente del cine de Hollywood que permitió correr el velo que cubría a numerosos casos de presuntos abusos sexuales.

El “Me Too” es el nombre de un movimiento que comenzó con la acusación de abuso contra el productor de cine y ejecutivo estadounidense Harvey Wieinstein en octubre del año pasado. La frase adoptó la forma de un hastagh y fue popularizada por la actriz Alyssa Milano, quien alentó a otras mujeres a relatar por las redes sociales sus propias experiencias como víctimas de este tipo de delitos.

La denuncia de Fardín no fue solo mediática, en el contexto de la conferencia de prensa en la que fue acompañada el lunes por varias decenas de colegas: también la radicó donde corresponde, en los tribunales judiciales de Nicaragua, país donde habría sucedido la violación.

El testimonio de la joven actriz recibió numerosas adhesiones, pero también opiniones críticas, que objetan el modo de presentación del caso o la demora en hacer la denuncia. Quienes sustentan esta posición no pueden –o no quieren- ver que hechos de naturaleza tan violenta y con secuelas tan traumáticas no pueden ser fácilmente procesados por las víctimas, mucho menos cuando fueron abusadas siendo menores de edad. 

Asimilar un hecho de estas características puede llevar años, y requiere además de un contexto apropiado para hacerlo público. La víctima necesita sentirse contenida, comprendida, no juzgada, no perseguida, y una conciencia general de la sociedad capaz de darle entidad a la denuncia.

Ese contexto es hoy posible pero no lo era tanto hace algunos años. Los avances en las luchas contra el machismo y a favor de la reivindicación de los derechos de las mujeres permitieron visibilizar muchos de estos casos.

Es cierto que la presunción de inocencia es una garantía básica del sistema republicano, y por eso la Justicia debe investigar a fondo cada hecho para llegar a la verdad real de lo sucedido. Pero también lo es que en el caso del actor acusado son varias las actrices que dieron testimonio en su contra y no es verosímil suponer que existe una siniestra conspiración en su contra. 

Los testimonios de mujeres abusadas que callaron por miedo o por un sentimiento de culpa intencionalmente inculcado, además de servir de un desahogo personal que les permite tomar fuerzas para seguir con sus vidas, tienen como el efecto más importante evitar que estos hechos se naturalicen o se toleren. 

Si bien es cierto que en la catarsis generalizada de testimonios de mujeres abusadas que se multiplicaron ayer en las redes sociales hay algunas banalizaciones irresponsables, en general lo que se advierte es un desahogo que tiene un efecto reparador, pero sobre todo un propósito preventivo.

Los abusos no deben callarse más porque denunciarlos sana y evita que se sigan cometiendo con impunidad.

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