jueves 28 de marzo de 2024
Cara y Cruz

Malestar en las bases

La ansiedad que alimenta el misterio sobre la fecha en...

Por Redacción El Ancasti

La ansiedad que alimenta el misterio sobre la fecha en que se celebrarán las elecciones provinciales se incrementa con la incertidumbre sobre las PASO, establecidas por ley para definir las candidaturas. El Gobierno provincial ha manifestado su intención de suspenderlas en esta instancia por razones económicas y hay un proyecto orientado a eso en el Senado. Para que la iniciativa prospere, se necesita un acuerdo político amplio, que permita no sólo sacar la ley rápidamente, sino también conjurar el riesgo de que el proceso electoral se empioje con la judicialización del tema. Pacto a dos puntas: la oposición ya ha manifestado su rechazo; el consenso en el oficialismo está sujeto a tratativas que indefectiblemente se relacionarán con la distribución de los casilleros en las listas de 2019. A esta dificultad macro se suma la resistencia que la posibilidad de la suspensión encuentra en los cuadros políticos medios del oficialismo, que consideran a las primarias una instancia ideal para ganar no solo candidaturas, sino también terreno político y visibilidad. 

Los precedentes avalan esta impresión. En el FCS, por ejemplo, las primarias de 2017 expusieron el potencial de un sector alternativo al que promueve siempre al ex gobernador Eduardo Brizuela del Moral. Con el médico Roberto Gómez a la cabeza, la facción logró casi el 40% de los votos de la coalición opositora, cifra de significación mayor que los cargos logrados. Por el lado del Frente para la Victoria, en las PASO capitalinas para el Concejo Deliberante se presentaron nada menos que nueve nóminas. Solo tres entraron en la lista definitiva, que se impuso a la del FCS por el hocico, pero los resultados primarios sirvieron para establecer el grado de incidencia de cada una en el electorado del distrito más populoso de la provincia. 


Quienes se resisten a suspender las PASO señalan que son la herramienta más idónea para esmerilar la “dedocracia”, donde la voluntad de los jerarcas es vara exclusiva para asignar cargos. La competencia estrecha el margen de acción a quienes cifran su escalamiento pura y exclusivamente en ganar el favor de los que tienen a su cargo la confección de las listas, en la corte y las “mesas chicas”, en beneficio de dirigentes y militantes que desarrollan el trabajo territorial y, en definitiva, acarrean los votos necesarios para que los sectores a los que pertenecen ganen o tengan un desempeño digno. Otro aspecto postivo de las primarias es que contribuyen a oxigenar las estructuras, pues la contienda alienta a los dirigentes más encumbrados y con intenciones de proyectarse a reclutar figuras nuevas. Es decir: también quienes tienen acceso a la corte deben considerar los movimientos en las bases, el surgimiento de nuevos dirigentes y las posibilidades políticas que ofrecen personas con prestigio y consenso social. La presencia juvenil en las listas de 2017, por ejemplo, fue muy importante. Estos razonamientos se despliegan sobre todo en los encuentros del peronismo. Las distintas facciones del Frente para la Victoria estiman que, dadas las dificultades que tiene el FCS/Cambiemos y la confianza en la tracción de la figura de la gobernadora Lucía Corpacci, las cúpulas podrían enfatizar la ya muy marcada propensión a distribuir las candidaturas expectantes entre hijos y entenados, al margen de los méritos políticos que pueda tener el personaje seleccionado. Advierten que esto podría producir sorpresas inconvenientes en las generales.
 

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