sábado 25 de enero de 2025
CARA Y CRUZ

Contrastes irritantes

La Obra Social de Directivos de Empresas (OSDE) y a la vez...

Por Redacción El Ancasti

La Obra Social de Directivos de Empresas (OSDE) y a la vez empresa de medicina prepaga fue noticia ayer porque cerró un litigio de casi dos décadas con el Estado nacional, al que deberá pagarle la friolera de 8.000 millones de pesos por una deuda con el Fondo Solidario de Redistribución (FSR). Todo comenzó en 1998, cuando la Superintendencia de Salud demandó en la Justicia a OSDE por incumplir la resolución por la cual debía pagarle al Fondo, que recauda y distribuye entre las obras sociales, el equivalente al 15 por ciento de las cuotas que aportan sus afiliados voluntarios. En 2011, la nueva Ley de Medicina Prepaga había excluido a los afiliados voluntarios de los aportes del FSR, pero el proceso judicial continuó sin alcanzar nunca una sentencia en primera instancia. Pero finalmente el Ministerio de Salud de la Nación y la prepaga cerraron un acuerdo tras una serie de tediosas negociaciones. El dinero que pagará OSDE será destinado a financiar el lanzamiento de la Cobertura Universal de Salud (CUS), que actualmente se encuentra en fase de prueba. 

*****

Al margen de esta novedad, la cuestión que más interesa a los afiliados de Catamarca de la reconocida obra social y prepaga es la desigualdad, o más bien la inequidad manifiesta que se da entre el costo económico de ser afiliado y la calidad de los servicios que les ofrece la empresa. Esto forma parte de una queja recurrente entre los clientes de OSDE Catamarca, que por un lado deben pagar sumas de entre $2.000 y hasta $7.000 mensuales, según el plan y el grupo familiar, y al margen del porcentaje de ley que se queda la obra social de los sueldos, mientras que por otro no cuentan con los servicios que uno podría esperar de semejante aporte. De hecho, en reiteradas ocasiones acceden a los mismos servicios que ofrecen otras obras sociales o prepagas menos onerosas, con lo cual las ventajas de pertenecer no son tales. Tienen los mismos tiempos de espera y en los mismos pasillos atestados de pacientes; se deben internar en las mismas habitaciones a las que muchos pueden acceder con un pago extra bastante razonable; e incluso en ocasiones hasta deben pagar el famoso “plus médico” por cuanto lo que la empresa les paga a los prestadores es similar o menor a lo que pagan otras obras sociales, comenzando por OSEP. Y, como si fuera poco, a veces hasta deben soportar el desprecio con que son atendidos en un hospital público por el solo hecho de ser afiliados de OSDE, como si integraran una elite privilegiada y recontra favorecida.

*****

Sin embargo, hay otra cuestión que causa tanta bronca como intriga: la sede de la obra social en Catamarca, un pomposo edificio del estilo Puerto Madero, donde el espacio abunda para la cantidad de empleados que allí trabajan y que cuenta incluso con un salón auditorio que es la envidia del Estado provincial, del municipio y de cualquier organismo nacional. Si bien es cierto que los catamarqueños tienen motivo de sobra para estar orgullosos de tener una construcción tan moderna y bien lograda en la ciudad Capital, no lo es menos que ello representa un contraste violento entre lo que ostenta OSDE y lo que en la práctica reciben sus afiliados. Hasta pareciera una provocación, o bien una contradicción. Porque a la opulencia física y visual de la prepaga se opone la realidad de sus afiliados-clientes, que en muchas ocasiones se plantean de qué vale pagar tanto para tener más o menos lo mismo que sus pares de otras obras sociales. O, peor aún, la inevitable pregunta de si OSDE ha priorizado invertir los aportes de sus afiliados más en infraestructura edilicia que en calidad de los servicios de salud. 
 

Seguí leyendo

Te Puede Interesar