jueves 17 de julio de 2025
EDITORIAL

La utopía de la paz

Por Redacción El Ancasti

En estos días en los que, superada la denominada guerra fría hace ya casi tres décadas, el mundo vuelve a hablar de armas nucleares a partir de la tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos, cobra renovado sentido la celebración del Día Mundial contra las Armas Nucleares.

La elección de la fecha no es arbitraria. Recuerda el 6 de agosto de 1945, el día en el que los Estados Unidos produjeron uno de los episodios más crueles de la historia de la humanidad, y sin duda el más masivamente mortal, al arrojar sobre  la ciudad de Hiroshima una bomba atómica, hecho que repitió tres días después sobre otra ciudad japonesa, Nagasaki.

Ambas bombas, de inmenso poder destructivo, causaron aproximadamente medio millón de muertos, casi todos de ellos civiles. Según se estima, más de 200.000 hombres, mujeres y niños murieron inmediatamente, y el resto a lo largo del tiempo como consecuencia de las graves secuelas de las heridas y la radiación.

El Día Mundial contra las Armas Nucleares se celebra en casi todo el mundo. Una de las pocas excepciones es Estados Unidos, precisamente el país que consumó el genocidio súbito. La intención central de la conmemoración es llamar la atención sobre el inmenso poder destructivo de este tipo de armamento, que podría incluso acabar con la humanidad, y acerca de la necesidad de reorientar las inversiones multimillonarias que se destinan a la actividad bélica hacia propósitos humanitarios. Los especialistas en temas sociales globales aseguran que si este fenómeno se produjera se acabaría con el hambre y la pobreza en el mundo.

En 1996, la Corte Internacional de La Haya dictaminó que las armas nucleares vulneran el Derecho Internacional, colocando en el mismo plano de ilicitud tanto su uso como la amenaza de usarlas. Pero tal prohibición explícita no impide que en todo el planeta existan más de 24.000 cabezas nucleares, con un poder de destrucción equivalente a 400.000 veces el de la bomba lanzada sobre Hiroshima. Otra vez Estados Unidos es el país que cuenta con el arsenal nuclear más grande.

La fecha es propicia para recordar, asimismo, que aunque las potencias no han vuelto a utilizar la energía nuclear con fines de guerra, el mundo está atravesado por numerosos conflictos bélicos que transforman la posibilidad de la paz mundial como una utopía por ahora irrealizable.

Las Naciones Unidas reconocen que en la actualidad hay doce guerras que producen por lo menos 1.000 muertes por año y que han causado hasta el momento casi cuatro millones de víctimas fatales.

Y hay, además, 31 conflictos de más baja intensidad, entre los que se cuenta por ejemplo el que afecta a Venezuela.

Si bien el panorama mundial es de una gravedad inusitada, la humanidad está llamada a generar, a nivel global, las políticas necesarias para zanjar las diferencias, la gran mayoría de ellas hacia adentro de los países, por la vía pacífica. La utopía, como escribió alguna vez Eduardo Galeano, sirve para caminar.

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