jueves 28 de marzo de 2024
|| CARA Y CRUZ ||

Un matiz en la continuidad

Por Redacción El Ancasti

La asunción de Marcelo Rivera en el Ministerio de Gobierno y Sebastián Véliz en el de Economía habilita una lectura del sentido que la gobernadora Lucía Corpacci pretende imprimir al último tramo de su segunda gestión, cuyos resultados serán objeto de evaluación de los catamarqueños cuando concurran a las urnas en 2019. Habrá que ver andar a los nuevos ministros para saber de qué lado renguean, pero por lo pronto se destaca un dato: Gustavo Saadi, que dejó la cartera política para incorporarse a la Cámara de Diputados de la Nación, es el único de los salientes que no puso a su sucesor. Daniel Barros pasó al directorio de YMAD y dejó en el Ministerio de Desarrollo Social a Eduardo Menecier, que hasta su ascenso se desempeñó como subsecretario de Inclusión y Desarrollo de la cartera. Raúl Chico pasó de ministro de Producción a senador por Santa María y señaló como sucesor a quien fue su secretario de Ganadería, Daniel Zelarayán. Ricardo Véliz, subsecretario de Presupuesto, reemplazará al diputado Ricardo Aredes en Economía a partir de hoy. 

Es decir que Corpacci decidió marcar una continuidad de gestión en Economía, Desarrollo Social y Producción, ascendiendo a funcionarios seleccionados por los ministros que dejaron sus poltronas, pero marcó un matiz muy nítido en el caso de la cartera política tras la salida de Saadi y la entregó al ex presidente de la Cámara de Diputados Marcelo Rivera, un dirigente estrechamente ligado al sindicalista Luis Barrionuevo. La única señal de apertura hacia otros sectores políticos se produce en el ministerio que comandó Saadi, quien, aparte de las funciones específicas del área, asumió en más de una oportunidad con su equipo tareas inherentes a otras carteras, como en el caso de las negociaciones salariales con los docentes. La decisión de encumbrar a Rivera precipitó la renuncia a sus cargos de las principales espadas de Saadi: los subsecretarios de Asuntos Municipales, Gustavo “Cheto” Aguirre, y de Asuntos Institucionales, Enzo Carrizo. Aguirre era uno de los que sonaba para ministro. Al margen de expectativas que puedan haberse visto frustradas, las dimisiones son lógicas: Aguirre y Carrizo liberan los casilleros para que Rivera ponga a su gente y seguramente habrá más recambios luego de que el nuevo ministro asuma. Sin embargo, no puede negarse que la actitud de ambos funcionarios enfatiza el mensaje de un giro en el área, que ya de por sí era fuerte con el hecho de que Saadi no pusiera un “tropa propia” como el resto de sus pares. La permanencia de Aguirre y Carrizo hubiera atemperado esta impresión.

No se omite la Secretaría de Ambiente, donde Armando Zavaleta, ahora diputado, tampoco pondrá el sucesor. Allí iría Néstor “Chicho” Tomassi, tras su paso por el Congreso nacional. Era uno de los casilleros que se barajaban en las mesas de especulación política para compensar al barrionuevismo a través de Rivera, junto con las secretarías de Deportes, de Maximiliano Brumec, o de Cultura, que comanda Jimena Moreno. Pero ni Ambiente, ni Deportes, ni Cultura son el ministerio de Gobierno, que no por nada se denomina cartera política. Corpacci, de tal manera, utilizó el recambio de gabinete para reafirmar el protagonismo de la gente de su sector con una sola salvedad, en el área que acaba de dejar Saadi y para cumplir los acuerdos con Luis Barrionuevo.

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