jueves 28 de marzo de 2024
|| CARA Y CRUZ ||

El arrime y el mensaje

Por Redacción El Ancasti

La envergadura de la remontada del FCS/Cambiemos diluyó los festejos del Gobierno, que esperaba reiterar la paliza de las PASO. Los distintos enclaves del oficialismo barajan por estas horas hipótesis e intercambian recriminaciones, pero la escena catamarqueña no puede sustraerse de la nacional y, en el desasosiego por el gris desempeño, quedó el consuelo de que el fenómeno de la ola macrista, más fuerte ayer que en las primarias de agosto, no alcanzó para batir a la administración Corpacci, una de las pocas que salvó la ropa. La lectura del repunte de la oposición local incluye, en las proyecciones, los muy buenos desempeños que tuvo Unidad Ciudadana –Hugo “Grillo” Ávila será diputado provincial- e incluso el habitualmente magro Partido Obrero, que casi la emboca. El retroceso del Gobierno se explica en gran medida por el avance de estas dos facciones, pero sobre todo de Unidad Ciudadana, que habría capitalizado la interna peronista, la deserción del saadismo y, obviamente, el voto kirchnerista duro que todavía queda.

estos son apuntes provisorios; la espuma tiene todavía que bajar para una análisis fino del mapa provincial. Hay mucho para rumiar y digerir y el voto de las elecciones de medio término, de cualquier manera, es muy volátil: no es lo mismo enviar mensajes en las parlamentarias que decidir quién gobernará por cuatro años. El Gobierno tiene sin dudas que ajustar su diseño político, pero el FCS/Cambiemos tiene todavía pendiente una oxigenación que le permita trascender a Brizuela del Moral. Como se consignó el domingo, antes de la batalla, las claves más importantes comenzarán a aparecer recién el año que viene. Sin embargo, el fenómeno nacional del afianzamiento de la marca “Cambiemos” se complementa en Catamarca con un dato que surgió de sondeos muy anteriores al proceso electoral: una mayoría aplastante del electorado local considera que es imprescindible mantener buenas relaciones con la Casa Rosada. Tal opinión ha de haberse expresado en las urnas, en beneficio del FCS/Cambiemos, propietario de la franquicia macrista, y en contra del Gobierno, en cuya estrategia los mensajes conciliadores no alcanzaron a disimular expresiones de disidencia, que aún tímidas inquietan a quienes temen los efectos que podrían tener los cortocircuitos con Nación, más cuando ya en las PASO la consolidación de Macri se hizo ostensible y la crisis en el peronismo se acentuó con caídas como la del gobernador Juan Schiaretti en Córdoba. Ayer, la elección definitiva confirmó la encerrona peronista, con la derrota de Cristina Kirchner en provincia de Buenos Aires y de figuras como el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey.


Pese a la derrota, Cristina de Kirchner retuvo un caudal de votos que ningún otro dirigente de la oposición puede exhibir. Este hecho es una ventaja para Macri y un obstáculo para el justicialismo: la incidencia de la ex presidenta obstaculiza la aparición de nuevos liderazgos competitivos en el arco opositor. El fortalecimiento de “Cambiemos” marca las variaciones en las orillas de la “grieta”. No funcionó el intento de obtener réditos electorales del caso Santiago Maldonado, al margen de las respuestas que el Gobierno nacional todavía adeuda al respecto, y el rechazo a la manipulación proselitista de la pobreza se extiende.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar