El
problema de las usurpaciones en Catamarca, está visto, no es básicamente una
cuestión de necesidad, sino más bien de vivos y oportunistas que aprovechan el
vacío legal y el déficit de firmeza política y judicial para avanzar sobre el
espacio público y, en muchos casos, hasta hacer pingües negocios con las
tierras ocupadas. Es lo que sucede en un área periférica del norte de la
ciudad, donde algunas familias sin techo revelaron que los "jefes” de las tierras
ocupadas les pedían 5.000 pesos por un terreno. Peor aún, algunos de esos
cabecillas se identifican como "punteros” de uno y otro sector, y no tienen
ningún empacho de gritarlo a los cuatro vientos. Poco importa a cuál sector
político aluden, porque pertenecen a esa raza de militantes que cambian según
el poder de turno. Todo vale en ese mundillo que se expande cada día. Ayer, por
caso, este diario informó acerca de las nuevas usurpaciones en el margen del
río del Valle que corresponde a Valle Viejo, que en realidad vienen a ser una
extensión de las tolderías que se montaron hace poco más de un mes en el lado
capitalino del río. Esa zona, que limita ambos departamentos, ha empezado a
constituirse en un impresionante asentamiento ilegal que a esta altura no
parece tener freno. Un fenómeno que tampoco se presenta como muestra de la
demanda habitacional insatisfecha.
Sin
embargo, las usurpaciones no solo tienen apariencia de tolderías –aunque con
televisión satelital, claro-, sino que también se presentan como construcciones
importantes, de cientos de miles de pesos. En efecto, esto es lo que los
concejales capitalinos han pedido al Ejecutivo municipal en torno a una obra en
marcha que podría representar una invasión del denominado "Parque Autóctono El
Jumeal”, sobre un margen de la avenida Gobernador Galíndez en su extensión
oeste, a pocos metros del barrio Círculo Médico. Los terrenos fueron cercados y
un día apareció un cartel con la leyenda "Propiedad privada”, cuando se supone
que al menos en una parte corresponde a la reserva natural y arqueológica que
fue aprobada por una ordenanza municipal. En la sesión del último jueves, los
ediles del FCS y del FV-PJ aprobaron por unanimidad el pedido de informe en el
cual solicitan datos concretos acerca de si el Ejecutivo municipal "procedió a
la ejecución de la mensura y elaboración del proyecto de creación del ‘Parque
Autóctono El Jumeal’”, a fin de conocer su delimitación exacta. También
pidieron que se realice una inspección ocular en toda la superficie, "a los
fines de constatar una posible usurpación del terreno con delimitación y
cercado”; y en caso de que sea afirmativo, que informe al cuerpo "quién o
quiénes son las personas que han realizado” dicha delimitación. Más aún, que en
tal caso, Fiscalía Municipal realice "con carácter urgente la denuncia penal
pertinente por el delito de usurpación y los trámites procesales necesarios
para el desalojo y paralización de las obras realizadas”.
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Ayer,
en declaraciones a Radio Ancasti, el director de Catastro del municipio
capitalino, Pedro Monferrán, reconoció que en el área del Parque Autóctono hubo
un "avance privado”. Fue todo lo que concedió en términos de precisiones. La
prudencia excesiva que muestran las autoridades sobre el tema tiene su explicación:
la obra en construcción pertenece a la hija de un encumbrado funcionario del
Gobierno provincial, quizás el más habituado a los grandes negocios que ofrece
la política. Y trascendió que en los últimos días hizo ingentes gestiones para
tratar de que la arremetida de los concejales tenga destino de freezer en el
municipio. El funcionario, además, está acostumbrado a avanzar con obras sin
detenerse en nimiedades, como podría ser el carácter natural o arqueológico de
un pedazo de tierra. No en vano maneja millonarios recursos del erario
provincial y nacional que le han dado un amplio poder político, pocas veces
visto en un elenco gubernamental. Y no solamente por el hecho de disponer sobre
los fondos públicos, sino también sobre los cargos bajo presupuesto en los que
ubicó a familiares y amigos. Por todo ello, la intriga es hasta dónde podrán
llegar los concejales en su embestida para desnudar esta "usurpación vip” en el
oeste de la ciudad.