domingo 12 de enero de 2025
EDITORIAL

Delitos, desigualdad y bandas organizadas

Por Redacción El Ancasti

El del crecimiento progresivo del índice de delitos en los últimos años es un debate que presenta numerosas aristas. Una de ellas es la relación entre este fenómeno y la desigualdad social. Es decir, hasta qué punto las inequidades provocan que una persona adopte la decisión de delinquir.

Un reciente estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional de Tucumán revela que las provincias argentinas con mayor desigualdad en el ingreso tienen, al mismo tiempo, mayores tasas de delitos.

El informe consigna que "la tasa de delitos contra la propiedad crece al aumentar el ingreso per cápita, lo que indica que aquellas provincias más ricas y, por ende, más atractivas para los que delinquen, tienen mayores tasas de delito contra la propiedad”.

Otra de las conclusiones del trabajo, coordinado por Ana María Cerro, directora del Instituto, y Carolina Ortega Masagué, profesora de econometría, es que existe "una relación positiva entre la desigualdad del ingreso y la tasa de delitos, es decir que aquellas provincias con mayor desigualdad del ingreso presentan mayores tasas de delito. Por último, una mayor tasa de desempleo tiende a aumentar la tasa de delitos totales y de delitos contra la propiedad”.

Uno de los obstáculos que encontró el estudio es que se basa en cifras oficiales sólo hasta 2008, año en que se dejaron de publicar. El último lustro se basó en estimaciones surgidas de estadísticas no oficiales, como el caso de la Encuesta de Victimización realizada por la Universidad Di Tella.

No obstante, desde otro enfoque, existe una suerte de contradicción entre la conclusión que relaciona la inequidad con el aumento de los delitos. Según las estadísticas del Banco Mundial, durante la primera década del siglo los países latinoamericanos vieron incrementar la tasa de criminalidad al mismo tiempo que bajaban los índices de desigualdad social.

En el caso de nuestro país, según el índice de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, entre 2003 y 2013 el coeficiente bajó del 0,5472 al 0,4770. Sin embargo, durante el mismo período los delitos contra la propiedad se incrementaron notablemente.

El fenómeno se explica por la incidencia de la droga como causa en la comisión de los delitos y por la aparición de cada vez más bandas organizadas que delinquen de manera profesional. Esto es, integradas por sujetos que no roban o matan porque padecen de graves problemas económicos sino porque encuentran en la actividad ilícita un medio para alcanzar poder y altos niveles de vida. 

De modo que el análisis que tiende a vincular directamente la desigualdad y la pobreza con los índices de criminalidad, si bien se apoyan en elemento de análisis correctos, supone una verdad incompleta, porque dejan afuera variables que necesariamente deben ser consideradas si lo que se procura es actuar eficazmente en el combate contra el delito organizado.

En otras palabras: el combate contra la inseguridad presenta varios frentes de batallas que demandas esfuerzos complementarios. La lucha contra la inequidad social es uno de ellos. Otro, que emerge cada vez con más fuerza, es el de la lucha contra el delito organizado. 





Temas
Seguí leyendo

Te Puede Interesar