martes 21 de marzo de 2023

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
|| CARA Y CRUZ ||

La devaluación del trabajo

Alcanzaste el límite de 40 notas leídas

Para continuar, suscribite a El Ancasti. Si ya sos un usuario suscripto, iniciá sesión.

SUSCRIBITE
Por Redacción El Ancasti

La indignación se instaló rápidamente en la opinión pública, y con mayor fuerza a través de las redes sociales: un fallo de la Justicia Federal dispuso que los presos y las personas libres tengan los mismos derechos laborales. Esto es, en ambas situaciones deben gozar de sueldo mínimo, vital y móvil, aguinaldo, vacaciones, feriados ART, aportes jubilatorios y desarrollar sus tareas en determinadas condiciones de higiene y seguridad. El fallo fue firmado la semana pasada por los jueces de la Sala II de la Cámara Federal de Casación, Ángela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David, y si bien sería de aplicación casi automática para los internos que dependen del Servicio Penitenciario Federal, ya que el reclamo original partió de un preso alojado en el Complejo Penitenciario I de Ezeiza, en los hechos podría desencadenar una avalancha de reclamos similares en las cárceles provinciales y posibilitaría que el sindicato de presos (SUPLA) logre que todos los reclusos cobren aguinaldo y vacaciones. La resolución de la Cámara de Casación Penal advirtió que la lucha contra la inseguridad solo será posible si se brinda empleo a los reos. Y hace hincapié en el principio constitucional de "igual remuneración por igual tarea" para las personas privadas de su libertad. 

 

El juez Slokar, en el voto principal, indicó que "para cualquier preso que trabaje no pueden dejar de gobernar como estándares, entre otros, el derecho a la remuneración y la regla de asimilación al trabajo libre, con todos sus alcances (asignaciones familiares, obra social, cobertura frente a accidentes de trabajo, capacitación laboral, agremiación) por imperio del principio de progresividad". "En este ámbito, como en el medio libre, nunca es tan necesario recordar el eterno adagio: el trabajo digno dignifica al hombre", afirmó el magistrado, quien agregó que "enfrentar las inseguridades es combatir a la par la inseguridad civil y la inseguridad social". Más allá de los argumentos legales, este fallo ha producido una reacción visceral en la gente, y en particular entre los trabajadores, que entienden que no pueden ser considerados en igualdad de condiciones quienes trabajan y reciben una remuneración en el marco del respeto a la ley y las normas de convivencia social, que aquellos que deben cumplir una condena por haber cometido delitos de cualquier índole. "En Holanda cada preso tiene que pagarle el Estado y acá estamos nosotros costeándole la manutención y encima un sueldo a gente que ha cometido un delito", lamentó la filósofa Diana Cohen Agrest. Y la madre de Ezequiel, un joven asesinado durante un robo en 2011, se quejó por TV en estos términos: "Acá estamos hablando de principios de igualdad ante la ley, y en realidad este principio ya fue trasgredido por quien se encuentra preso porque mató, violó, destruyó una familia. Ya no le corresponde la igualdad ante la ley".

 

Un jubilado en Argentina cobra un haber mínimo de 3.231 pesos, luego de haber trabajado y aportado más de la mitad de su vida. A una madre que no trabaja el Estado le paga 644 pesos por mes por cada hijo menor, a través de la Asignación Universal (AUH). El sueldo mínimo de un trabajador, a diciembre de 2014, es de 4.400 pesos; se considera que trabaja 8 horas diarias o 48 semanales. Un preso, de acuerdo con aquel fallo de la Justicia, debería cobrar al menos lo mismo que un trabajador activo. El caso se agrega a la polémica generada por otro tema espinoso: el proyecto que presentó la diputada kirchnerista María Rachid en la Legislatura porteña para otorgar un subsidio mensual de $7.680 a las personas trans mayores de 40 años y que no tengan ingresos superiores a $22.400. No es la única iniciativa de ese tenor: otra kirchnerista, la diputada Diana Conti, presentó un proyecto de ley similar en el Congreso nacional que busca resarcir a personas trans que hayan sido víctimas de violencia institucional. Esta medida les otorgaría una pensión graciable equivalente a la remuneración de la categoría D (nivel 0) de la planta permanente estipulada por el Sistema Nacional de Empleo Público, que se acerca hoy a la suma de $ 7.500, cifra que aumentaría un 30 por ciento si la persona fue víctima de violencia sexual. Así están las cosas hoy en Argentina. Un subsidio puede ser más alto que un sueldo y una jubilación. El trabajo vale cada vez menos.

Seguí leyendo
LO QUE SE LEE AHORA
el factor de genero

Te Puede Interesar