domingo 26 de marzo de 2023

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EDITORIAL

Deterioro público

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Por Redacción El Ancasti
Se desconocen las razones por las que el deterioro de algunos espacios públicos de la capital catamarqueña avanza en forma notable. Tal vez las causas de este desatino que afea ámbitos que demandaron elevadísimas inversiones y que merecen un mantenimiento acorde a la envergadura de las obras deban buscarse en la escasez de recursos –materiales o humanos- o quizás simplemente en la desidia 

Uno de los casos paradigmáticos es el Parque de los Niños. Hace un mes, con la organización de la Asociación de Skaters de Catamarca, varias decenas de jóvenes protestaron frente a Casa de Gobierno para que las autoridades realicen los arreglos correspondientes en la pista respectiva, que se encuentra deteriorada por la ausencia de mantenimiento en los últimos años. La manifestación de llevó a cabo luego de numerosos pedidos informales y formales, sin que en ningún caso lograran respuestas positivas a su demanda.

Pero además de los problemas de la pista de skate, en el parque se observan otros problemas. Algunos de infraestrucutura, como luminarias, tejidos y juegos infantiles rotos, por citar solo algunos, y otros de fácil resolución, como abundancia de maleza en los espacios verdes, o el pasto demasiado alto. O lugares donde antes había gramilla como un manto verde, y ahora sólo hay tierra.

El otro es el Estado Bicentenario, donde se observan daños de importancia, que la mayoría atribuye a errores en la construcción por la falta de consolidación del suelo. Pero más allá de las fallas estructurales, se advierte un déficit de mantenimiento, no solo en el sector interno del estadio, sino también en los alrededores.

Lo mismo puede decirse del Predio Ferial, un ámbito que permanece durante gran parte del año desatendido y en muy precarias condiciones, pese a que se llevan a cabo allí varios eventos al año. 

Como ya se ha apuntado desde esta misma columna, las tareas a fondo de reparación, remodelación y acondicionamiento del predio ubicado en el extremo norte de la ciudad se llevan a cabo durante las semanas previas a la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, el máximo acontecimiento cultural y turístico de la provincia confirmando la proverbial costumbre catamarqueña de "hacer todo a último momento”.

Pero durante el resto del año las tareas se reducen al mínimo. ¿El resultado?: el avance del deterioro y un pésimo aspecto de abandono en amplios sectores del predio, sobre todo los periféricos. 

El Parque de los Niños, el Estadio Bicentenario y el Predio Ferial todas obras construidas con el dinero de la minería, no pertenecen a ningún gobierno en particular, sino al patrimonio de todos.

Son espacios convocantes para los turistas, que en el último tiempo deben conjugar el asombro por la magnitud de la infraestructura y el lamento por la desidia en su mantenimiento. 

La única manera de disolver esa impresión contradictoria, haciendo prevalecer solamente la positiva, es diseñar un plan de mantenimiento de los espacios públicos que tenga vigencia durante todo el año, no exclusivamente cuando se avecina algún evento de importancia. 
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