lunes 25 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

Rodocrosita polémica

La polémica sobre la provisión de rodocrosita en Andalgalá marca un conflicto de intereses entre los artesanos y la empresa Catamarca...

Por Redacción El Ancasti
La polémica sobre la provisión de rodocrosita en Andalgalá marca un conflicto de intereses entre los artesanos y la empresa Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (CAMYEN SE). El presidente de la firma, Daniel Issi, admitió ayer que, en efecto, parte de la piedra semipreciosa se comercializa con otras empresas y no se deriva a los artesanos porque CAMYEN tiene que cubrir sus costos. Tuvo que dar explicaciones debido al endurecimiento de los reclamos de la cooperativa de artesanos 15 de Febrero por la disminución en el volumen y la calidad de la rodocrosita que la empresa del Estado les vende. La presión incluyó cortes de ruta. "Nos venden nada más que dos kilos de piedra (por artesano) porque dicen que ya no hay más mineral. Solicitamos que se nos vendan 30 kilos de primera calidad. En otros gobiernos, y en otros momentos de este mismo gobierno, nos vendían de buena calidad y cantidad. Da la casualidad que desde que llegó Issi desapareció la rodocrosita. Él dice que la veta se envejeció. Sabemos que hay piedra y que la están vendiendo. Sabemos que el negocio de esta empresa es llevar la piedra al exterior", plantean los artesanos. Pero Issi, como titular de CAMYEN, tiene que obtener utilidades.



La salida del conflicto, entonces, pasaría por conjugar los intereses de los artesanos disconformes y la viabilidad económica de CAMYEN, pero no son pocos los obstáculos que se alzan frente a tal objetivo. El principal son las dificultades que tiene CAMYEN y la Secretaría de Minería para controlar la comercialización ilegal de la piedra. La empresa estatal tendría que montar un circuito para fiscalizar que la rodocrosita vendida a los artesanos a precio subsidiado, significativamente menor al que pagan otras empresas, en efecto se utilice para el trabajo artesanal y no se derive, en su totalidad o en parte, al mercado negro. La existencia de maniobras ilícitas no puede negarse. Está el caso del hombre descubierto en el Aeropuerto Felipe Varela cuando se aprestaba a sacar una gran cantidad de piedra de la provincia, sin la documentación correspondiente, o la reciente denuncia de un particular estafado por un presunto artesano al que le pagó por rodocrosita que nunca le entregaron. CAMYEN no podrá dar respuestas satisfactorias a los artesanos que presionan sobre ella mientras no resuelva el problema de fondo del control sobre el mercado. Se informa en la página 4 de esta edición sobre la propuesta de Issi para destrabar el conflicto: 90 kilos de piedra para todos los integrantes de la agrupación 15 de Febrero. Se supone que esta oferta no comprometería los resultados económicos de CAMYEN, que además provee de rodocrosita a la Escuela de Orfebrería. Hay que esperar ahora la respuesta de los artesanos pero, cualquiera sea, el problema cardinal para la firma de Estado continuará pasando por ajustar los mecanismos que resguarden su condición de exclusiva proveedora de rodocrosita en la provincia, rango que, dados los hallazgos de cargamentos ilegales, está lejos todavía de lograr.



El fiscal municipal Julio Córdoba está imputado en una causa penal poco conveniente para el puesto que ocupa. La EC SAPEM lo acusó de robar energía a través de una conexión ilegal en un terreno. Córdoba desmintió la acusación y se justificó con el argumento de que gente de la propia firma distribuidora lo autorizaron verbalmente a hacer una "extensión", porque la línea regular pasa a cien metros del terreno. La empresa, a su turno, negó esta versión, que Córdoba no está en condiciones de respaldar documentalmente. Cabe, por supuesto, la posibilidad de que el fiscal municipal diga la verdad, pero la cuestión es la imagen que brinda hacia la sociedad mientras una empresa del Estado dice perseguir a quienes se cuelgan ilegalmente de la red eléctrica. Mal puede esperarse que la sociedad respete la ley si tiene indicios de que hay funcionarios que no lo hacen.
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