4 de septiembre de 2006 - 00:00
Tanto las vocinglerías como los silencios marcan los ritmos de la carrera política hacia el 2007, pero en este marco nada es posible asegurar. Las situaciones pueden variar sustancialmente de un momento a otro por la dinámica de los acontecimientos. Hace un mes atrás, por ejemplo, el conjunto de la clase política daba por descontada una alianza entre el kirchnerismo y el Frente Cívico y Social. Si hasta el diputado Collantes, en nombre del Gobernador, participaba de reuniones del grupo de radicales K que se sumaban al proyecto presidencial. Pero sin que existieran motivaciones reales para pensar en variantes, dirigentes nacionales encabezados por Zanini respaldaron una posible candidatura de Lucía Corpacci durante un acto realizado en el Club Banco de Catamarca. Horas antes, la hija del extinto Sebastián Corpacci había proclamado a los cuatro vientos que no existía posibilidad alguna de que ella acompañe al Frente Cívico. Y una semana más tarde, viene Mazzón y rejunta al peronismo dentro del Frente de la Victoria, lo que es señal clara de que las posibilidades de arreglar con los radicales se van desvaneciendo.