viernes 29 de marzo de 2024

No sólo fecha de los estudiantes

Si se afirmase que el 21 de septiembre es día alegre por precepto natural, alguien podría replicar que no es la alegría asunto que pudiera reglamentarse, ni decretarse, ni sujetarse a los caprichos del calendario.

Añadiría que aunque se lo ha asociado con la primavera, la juventud y los estudiantes, ello no garantiza que pudiese generar a esa “hija del día”, como llama Luis Franco a la alegría en uno de sus poemas juveniles.

Pero no hay duda de que la fecha alude a la renovación, al crecimiento, al progreso de cuanto tiene vida en el planeta y es por esto que aparecen unidas tres realidades naturalmente ligadas con todo lo que implica renacimiento, floración, promesa, como son la primavera, la juventud y los estudiantes.

No es, por tanto, sólo día de estudiantes y de jóvenes. Es jornada que incluye a todos, y no sólo como individualidades, sino también como conjunto, como sociedad.

Habrá quienes no puedan alegrarse hoy, pues los estados de ánimo vienen de orígenes tan diversos y tan complejos que hasta en ocasiones pueden permanecer ocultos para quienes los experimentan.

La reflexión, por el contrario, es más independiente que el sentimiento en relación con la influencia de las fuerzas interiores. Puede pensarse por decisión voluntaria, pero es imposible alegrarse únicamente porque alguien crea que debe estarse alegre.

El 21 de septiembre invita a asumir el deber de promover lo que bien podría concebirse como el nacimiento continuo, es decir, la renovación constante, el progreso integral y sin pausa. Y esto tanto en lo personal como en lo colectivo.

Crecer en todas las dimensiones personales. Avanzar en todas las áreas. Reafirmar o reformular los objetivos. Ampliar las miras. Retemplar el alma con tanta pasión como se busca fortalecer el cuerpo.

Todo esto es la primavera. Todo esto es vivir en clave de juventud. Todo esto es ideal que se supone que los estudiantes están en condiciones de intuir con mayor claridad que nadie.

Pero habría que mirar más allá de la órbita personal, para descubrir el mundo, el país, la provincia, la sociedad en que se vive como ámbitos que hay que rejuvenecer asegurándoles más belleza, más justicia, más amor, más felicidad.

El 21 de septiembre no es “territorio” exclusivo de estudiantes y jóvenes. Es oportunidad colectiva para recuperar los bienes perdidos. Para decidirse a buscar otros igualmente valiosos. Para restaurar lo que se ha deteriorado y todavía sigue siendo útil. Para imaginar y crear, aunque estos tiempos pudieran parecer no propicios para la audacia creadora.

En este marco de recreación y de utopía, ha sido alentador que se invitara a Catamarca al presidente de la Academia Argentina de Letras, precisamente para estos días de celebración septembrina que tanto potencian la vida de la Ciudad y de la provincia entera.

El distinguido visitante habló aquí para docentes, estudiantes y, en general, para todos los interesados en ese universo tan rico como es el de las palabras y del genial autor del Quijote que el mundo reconoce como la más alta expresión de la lengua española. También el Dr. Barcia habló de la lectura como ocasión para el diálogo entre educador y educando y abogó por una vuelta al cultivo de esta comunicación que abre las puertas a los niños y jóvenes para la construcción personal de su saber.

Las conferencias de tan encumbrado especialista fueron posibles por iniciativa y gestión de la Secretaría de Gabinete y como parte de su ciclo “Ágora”, que ya anteriormente había brindado a los catamarqueños otro significativo encuentro cultural.

En este día de primavera debe reconocerse la labor de las entidades estatales y no gubernamentales que en el campo de la cultura y de la ciencia y la técnica trabajan por el renacimiento de Catamarca. También la de los grupos y personas que se esfuerzan por el advenimiento de una provincia en constante desarrollo.

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