6 de diciembre de 2006 - 00:00
Si se escribiese una historia que contara las infinitas situaciones a que están libradas las escuelas en la Argentina -también las de Catamarca- quedarían a la vista las mil formas a que deben adaptarse las insuficiencias gubernamentales, la imaginación de las comunidades para resolver los problemas, la curiosidades de compatibilizaciones increíbles y la tesonera voluntad de los educadores que animan el servicio escolar aun en las condiciones más adversas.