jueves 28 de marzo de 2024

Alentadoras perspectivas en defensa civil

Podría decirse que parece que, por fin, los catamarqueños contarán con una defensa civil eficaz. No porque el organismo que lleva ese nombre haya sido provisto ahora de cuanto en el orden material y humano necesita para cubrir sus responsabilidades prácticamente infinitas, sino porque se ha entendido que el papel que le cabe a Defensa Civil es el de coordinador de los recursos y diseñador y ejecutor de las acciones que pueden llevarse a cabo cada vez que deben afrontarse situaciones adversas por desastres naturales o por contingencias del más variado género con daño individual y colectivo.

Desde luego, este rol implica, asimismo, la articulación de la participación de los entes estatales -incluido los municipales- y de las fuerzas privadas en condiciones de contribuir en las referidas emergencias.

En su edición del viernes, EL ANCASTI informa que por exhortación de Defensa Civil, los intendentes del Valle Central -Ricardo Gaspar Guzmán (Capital), Gustavo Roque Jalile (Valle Viejo) y Humberto Valdez (Fray Mamerto Esquiú)- firmaron un convenio marco de cooperación y asistencia técnica a fin de prever la puesta en marcha de eventuales acciones de protección de la población en circunstancias de desastre.

Según la información, contribuyó también, para el acercamiento de los municipios, la experiencia de un incendio reciente ocurrido en Fray Mamerto Esquiú como consecuencia de la aguda sequía que se sufre en la provincia. El incendio hubiese alcanzado considerables dimensiones, si la colaboración de diferentes organismos no lo hubiese sofocado en sus inicios.

En ocasión de la firma del convenio, el intendente de la Capital aludió a la amenaza de incendios y destacó que “debemos estar prevenidos y, principalmente, los municipios que forman parte de un mismo espacio geográfico”.

El texto del acuerdo intermunicipal expresa que “los municipios ponen de manifiesto su voluntad de coordinar la implementación de acciones tendientes a prevenir, evitar, reducir y reparar los efectos de la posible acción enemiga o estragos resultantes de agentes naturales o no (tectónicos, meteorológicos, inundaciones, incendios, plagas, pestes, etc.) que afecten a las mencionadas jurisdicciones”.

Una derivación del acuerdo será la comisión que se creará con representantes de los tres gobiernos municipales. Será la expresión ejecutiva que hará que el convenio no se reduzca a mera manifestación de intenciones.

Por cierto, Defensa Civil no existe sólo para la Capital y su área más próxima. Los riesgos incluyen a toda la provincia y a veces las situaciones son de tal magnitud que para afrontarlas son necesarios recursos de la totalidad de las jurisdicciones provinciales.

La organización por departamentos o por región no puede faltar en el planeamiento de Defensa Civil. Pero al mismo tiempo debe existir una visión totalizadora de la provincia y la presencia de Defensa Civil en todas las instancias de ese planeamiento. En otras palabras, el organismo provincial responsable de la protección de la población en casos de adversidad que no puede superarse por esfuerzo individual de los afectados debe mantener el protagonismo que la organización del Estado le asigna. Como conductor de la defensa en todo el territorio catamarqueño, tiene la información, el conocimiento de los recursos con que se cuenta y la aptitud para adoptar las estrategias debidas y el contralor de cuanto se hace.

La experiencia en materia de defensa civil mostró una célula del organigrama institucional de la provincia carente de medios materiales, de personal suficiente y hasta de local propio. Con ésta o aquélla eficacia, su aparición ocurría recién después de producida la emergencia. Sin fases previsoras cumplidas y sin las comunicaciones interinstitucionales ya preparadas para la acción inmediata, las emergencias son inevitables motivadoras de improvisación, con su natural secuela de desaprovechamiento de recursos humanos y materiales y de derroche económico, nunca más lamentables que en estos casos.

Que la conciencia de la defensa organizada ante amenazas o realidades desgraciadas empiece a consolidarse es muy buena señal de maduración social. Alguna vez también surgirá la conciencia del acuerdo comunitario para lograr el desarrollo integral que ponga a la provincia en la fase que corresponde a su antigüedad como jurisdicción federal y a la riqueza de su patrimonio natural.
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