viernes 29 de marzo de 2024
Graves incidentes

Una cena entre policías de la Federal terminó a los tiros y con tres muertos

La música a todo volumen originó la ira de su vecino, un penitenciario. Los atacó con una escopeta y, tras recibir dos disparos, creen que se suicidó de un tiro en el pecho.

Por Redacción El Ancasti

Los policías federales se habían juntado a cenar el sábado en un departamento de Santa Rosa, La Pampa. La música a todo volumen y los ruidos alteraron la tranquilidad de su vecino, un agente del Servicio Penitenciario Federal (SPF) con el que no tenían una buena relación.

La reunión terminó a las 3 de la madrugada, la hora en que se desató el desastre: el guardiacárcel fue a increpar a los dos agentes que habían quedado. Allí comenzaron los tiros y los tres terminaron muertos. Los peritos dijeron que hubo al menos 17 disparos​.

El brutal incidente ocurrió en un complejo de departamentos de la calle José Ingenieros al 1100, en el barrio Villa Santillán de la capital pampeana.

Según los investigadores, el guardiacárcel José Pablo Martínez (43) vivía allí con su hijo de 20. Su cuerpo presentaba tres impactos de bala: dos calibre 9 milímetros a la altura del abdomen y otro de escopeta en el pecho. Creen que después de dispararles a los policías, se suicidó.

Los agentes de la Federal asesinados fueron identificados como David Garnica (29, jujeño) y el subinspector Gabriel Díaz (28, tucumano). El primero estaba de visita y el segundo vivía en el lugar.

Tenían un escopetazo cada uno: uno en la base de la columna y otro en la espalda, a la altura del hombro. “Los persiguió y los ejecutó”, puntualizó una fuente judicial sobre el agresor.

La pelea se habría suscitado por ruidos molestos: hubo un festejo entre los policías la noche del sábado que se prolongó hasta la madrugada en el primer piso del edificio. El penitenciario vivía en la planta baja.

Los cuerpos fueron encontrados por otro oficial a las 6 de la mañana del domingo, cuando regresó a la propiedad. Los vecinos, aunque escucharon los tiros, no llamaron a la Policía.

La fiscal de Delitos contra las Personas, Selva Paggi, informó que “hubo un intercambio de disparos”, aunque remarcó que “todo es materia de investigación”.

“Escuché los disparos. Pero pensé que otro vecino iba a llamar”, contó un habitante del complejo y dijo que se asomó desde su departamento, aunque no vio nada de lo ocurrido.

En el lugar, cerca de las 11 de la mañana del domingo, hubo un gran revuelo. Llegó personal del Laboratorio Forense de la Policía de La Pampa. También enfrente de donde ocurrió todo estaba estacionado un auto de la Policía Federal.

Entre los agentes que llegaron tras el episodio se encontraba la jefa de la delegación Santa Rosa, Alicia Benítez. Se abrazaron y algunos lloraron al enterarse de lo ocurrido.

Tras el hecho secuestraron dos pistolas 9 milímetros, pero se usó una sola, una Bersa reglamentaria. En el cargador quedaban 4 o 5 balas. La Bersa tiene 16 y una en la recámara.

Los investigadores presumen que el que disparaba no pudo seguir haciéndolo y fue alcanzado en la espalda por un escopetazo. Y el otro federal iba a buscar el arma para defenderse, pero no llegó.

Todo ocurrió en un departamento que tiene un comedor, una pieza, el pasillo y un baño. Los disparos mortales fueron a una distancia de entre dos y tres metros. Los cadáveres estaban tirados en el piso.

A las 2.30 hubo un llamado al 101 (el 911 de La Pampa) por los ruidos molestos. Y fue un patrullero que reportó “sin novedad”: miraron por un portón enrejado, pero los departamentos están al fondo. Media hora después se desató la masacre.

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