El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) ratificó su respaldo a la elaboración de vinos de menor tenor alcohólico, en base a las nuevas tendencias que apuntan al consumo de próductos más livianos o de menor grado de alcohol.
Recordó que un claro ejemplo de esto son los vinos livianos o de cosecha temprana, para lo cual se dictó una resolución mediante la cual el INV posibilita la elaboración de vinos a partir de cualquier variedad de uva para obtener lo que se denomina "Vinos Cosecha Temprana", cuyo contenido alcohólico puede ser desde los 5,0% hasta menos de 11,50%.
También está permitido el agregado de anhídrido carbónico hasta 1 atmósfera de presión cuando quede detallado en la etiqueta del producto, cuya normativa establece nuevos procesos de elaboración y control y la posibilidad de realizar una cosecha anticipada que otorgue un contenido alcohólico más bajo a este tipo de vinos.
Otro aporte del Instituto, es la resolución que agrupa e identifica a un estilo de vino denominado "Vino Dulce de Bajo Grado" (o "Dulce de Baja Graduación Alcohólica"), identificación que podrá ser empleada por los productos cuyo contenido alcohólico sea entre 5% y 11,5% y su contenido azucarino residual sea mayor a 30 gramos por litro.
Este producto nace de un vino que responde al grado mínimo de la zona y luego es edulcorado con productos autorizados, lo que permite al sector ofrecer vinos con bajo contenido alcohólico, dulces y refrescantes, que respondan a las preferencias de la demanda.
Desde el 2004, la Organización Internacional del Vino (OIV), aprueba la desalcoholización como método para su uso en bodega, y en ese sentido y a partir del 2006, el INV autoriza a las diferentes empresas que tienen para ofrecer como servicio los sistemas que utilizan membranas como técnica sustractiva para separar hasta un máximo de 2% el alcohol de cada vino.
Guillermo García, titular del INV, explicó que "es necesario que nuevos productos se vayan adaptando a los requerimientos de un consumidor que ha cambiado su estilo de vida".
"No se van a dejar de hacer los vinos tradicionales, la idea es que se incorporen nuevos productos a la oferta. Hay una necesidad de adaptarnos a los gustos del mercado y contar con productos que respondan a las preferencias de los segmentos de jóvenes y mujeres", aclaró.
"El INV -agregó- apostó por los avances tecnológicos y la sistematización, y hoy estamos en condiciones de generar una nueva oferta a partir de la innovación. Ahora, solo hace falta que los empresarios decidan arriesgarse por estos profundos cambios que pide la demanda".
En ese sentido, García aseguró que "la industria vitivinícola ha alcanzado una madurez lo que nos permite implementar medidas que flexibilicen antiguas normas. Con las inversiones realizadas en tecnología para el control y fiscalización, podemos mantener un alto grado de seguridad y brindar confianza al consumidor y a los actores del conglomerado vitivinícola".