BUENOS AIRES- Tras regresar de sus vacaciones, Sergio Massa, aplazó ayer hasta el debate público del domingo 15 nuevas definiciones sobre su eventual apoyo a Mauricio Macri o Daniel Scioli en el balotaje, pero remarcó que "se terminó la política del miedo" en la Argentina y anticipó que su fuerza no va a permitir "que con los poderes residuales se pretenda extorsionar al próximo presidente".
Ante los empresarios reunidos en el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), el líder del Frente Renovador se presentó como "el garante de la gobernabilidad" en el próximo período pero aclaró que no dará "cheques en blanco" para que se instale "la impunidad o el ajuste".
Massa se había mostrado más cerca de Macri en sus declaraciones posteriores a las elecciones del 25 de octubre, aunque luego supeditó su respaldo a quien mejor exprese la agenda de propuestas que había presentado al electorado antes de la primera vuelta. El diputado nacional aseguró que los candidatos rendirán "examen" en el debate público del próximo 15 y señaló que ese día decidirá "cuál de los dos convence más" a sus votantes.
Luego enfatizó que "se terminó la política del miedo" y apuntó contra el poder de fuego que mantendrá el kirchnerismo en el Congreso y distintos estamentos del Estado. "No vamos a permitir que con los poderes residuales se pretenda extorsionar al próximo presidente, pero el próximo presidente no debe usar la lógica de escrituración (en el Congreso) sino de la división de poderes", subrayó.