Axel Kicillof derrocha optimismo. Tras alcanzar un acuerdo para saldar la deuda con el Club de Paris, el titular del Palacio de Hacienda hizo un análisis de la marcha de la economía y advirtió que percibe "muchas señales positivas" para proyectar un segundo semestre y un 2015 "muy favorables".
"Este primer trimestre fue muy intenso en operaciones mediáticas y movimientos financieros, pero al final todos los pronósticos catastróficos, que decían que en marzo detonaba una bomba, ya están superados. Y ahora estamos cerrando las ultimas paritarias en un marco de razonabilidad", apuntó Kicillof.
Para el ministro de Economía, "esta situación de fin de la tormenta anunciada sin que nada ocurriera, renueva las expectativas de la gente".
El funcionario insistió con que la devaluación de enero pasado fue impulsada por el mercado financiero y no por el Gobierno. "Cuando se produce lo de enero, nosotros identificamos ese intento de una megadevaluación que venía gestándose. Hubo una intervención muy fuerte en el mercado de divisas para estabilizar el tipo de cambio. Se logró una estabilidad muy definida, y a pesar de todos los analistas que aseguraban que iba a ser insostenible, pero nada de eso pasó. ¿Por qué? El año pasado habíamos tenido una mala cosecha, además una mala liquidación de la cosecha vinculada con el proceso de inestabilidad financiera", consideró.
Y agregó: "Este año la cosecha viene bien, las liquidaciones también, las ventas al exterior -con la salvedad del sector automotor- vienen bastante bien. Nosotros vemos que la cuestión cambiaria y monetaria está con un horizonte estable. No hay un terreno fértil para intentos desestabilizadores".
Hace dos semanas, el presidente del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega, había dicho que a fines de enero pasado, se "tomó la decisión" de devaluar la moneda en un 20% para "devolverles la competitividad a los exportadores".
En medio de la ola de suspensiones en la industria automotriz, el titular del Palacio de Hacienda reconoció "problemas" en el sector: "También hay problemas reales, como es el caso del sector automotor, con el que el Gobierno está trabajando para reencauzar los planes productivos. Trabajando tanto para apuntalar a las empresas con dificultades como para reavivar la demanda", indicó.
Además, Kicillof planteó que la Argentina está "en una encrucijada" entre profundizar la política de estos últimos diez años de reindustrialización con inclusión social o volver a un esquema de dólar alto, reprimarización de la economía y apertura indiscriminada con pérdida de empleos.
"La Argentina está en esa encrucijada, aunque los sectores que expresan esa política de vuelta atrás lo hagan de forma fragmentaria o de manera vergonzante", recriminó