Al mismo tiempo, agregó que se debería convocar, por caso, a la gente del gremio de los Gastronómicos para que ellos aporten lo que saben. Insisto en que no es la función de la Secretaría de Turismo.
Lo servicios de gastronomía fueron, quizás, el punto más flojo de lo que fue toda la Fiesta del Poncho, sobre todo por la precariedad con la que se ofrecían las comidas, muchas de ellas con poca elaboración, o por las demoras en la atención al público.
Si bien se admitió que la cantidad de gente que concurrió a la fiesta desbordó la capacidad de los lugares de venta de comidas, Brunello destacó que todos los años los empresarios saben que esto -la gran cantidad de gente- va a pasar. No puede ser que no lo sepan, pero reitero que todo se debe hacer con más tiempo.
No se puede hacer una licitación -machacó- 30 días antes de la Fiesta, y encima exigirles a los empresarios que cumplan con las pautas del pliego de licitación. El día de la inauguración, cuando las papas queman, todo lo que se había pautado se pierde y el servicio se hace como se puede.
El titular de la Asociación aseguró que no se debe insistir en hacer negocios nada más, porque opinó que en muchos casos con la oferta gastronómica se juega el prestigio que se ganó la Fiesta del Poncho.
Ahora la gente -aseguró- exige mejores lugares, mejores mesas, sillas en buen estado, que la comida sea buena. No desmerezco a los rancheros, porque hay gente con muchos años, muchas fiestas del Poncho y saben lo que hacen. Pero creo que hay que empezar a hacer las cosas bien, y eso va a redundar en beneficios para todos.Quejas
Las protestas que más se escucharon de quienes asistieron a la Fiesta, y especialmente a los ranchos, se relacionaron particularmente con la precariedad con la que se ofrecían las comidas.
Las demoras en la atención a la gente, en parte derivado por la enorme cantidad de personas que se sentaban en las mesas, fue uno de los problemas que más protestas originó. Es que se advirtió que faltaban empleados para atender, como también los que había, tenían poca experiencia.
En algunos lugares de comidas, por la velocidad con la que había que atender a la gente para que no se amontonara, los platos salían en su mayoría sin el tiempo debido de cocción, mal presentados y con otras falencias.
Tampoco se contaba con lugares adecuados para que la gente comiera con tranquilidad. Las quejas apuntaron a que mesas y sillas estaban muy amontonadas, y en otros casos, estaban sucias o rotas.