domingo 24 de septiembre de 2023

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El antes y el después de

El discurso kirchnerista sobre Francisco: una historia del odio al amor

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Por Redacción El Ancasti
Resulta llamativo el abrupto cambio del discurso del kirchnerismo sobre la figura del papa Francisco. De un día para el otro, y justamente después de que el entonces arzobispo Jorge Bergoglio fuera nombrado como sucesor del Papa Benedicto XVI, el 13 de marzo del 2013, un grupo de dirigentes kirchneristas pasaron de acusarlo de "colaboracionista” de la última dictadura militar o de ser el "jefe de la oposición” a, de forma sorpresiva, llenarlo de elogios y a tomar como propias sus doctrinas.En el pasado, hace poco más de un año, y sepultadas en el olvido, quedaron las crudas denuncias de un sector del kirchnerismo contra el ahora líder de la Iglesia Católica, como su supuesta implicancia con el último gobierno de facto –entre otras cuestiones, lo acusaron de "haber entregado” a dos curas a los militares-. Lejos, también, quedó el calificativo de "jefe de la oposición” que le colgara el ex presidente Néstor Kirchner cuando el ex arzobispo porteño hiciera una alusión al "mundo de los falsos modelos y de los libretos" y a "la opresión de la mentira y el ocultamiento" y que el matrimonio gobernante interpretó en su momento como un ataque hacia ellos.El ‘ninguneo’, la decena de pedidos de audiencia denegados a Bergolgio y el rechazo presidencial constante para participar del tradicional Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, parecen formar parte de otra historia, una historia antigua, que no resiste archivo.El vertiginoso giro en el relato sobre el religioso que ocupa el sillón de Pedro quedó ejemplificado, a pocos días de iniciado el nuevo papado, con los gestos presidenciales, el viraje del dirigente de MILES, Luis D'Elía, y de Hebe de Bonafini (Madres) -quien asoció siempre al arzobispo Bergoglio con los militares. También hubo funcionarios y legisladores que esperaron las órdenes de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner -Juan Manuel Abal Medina, Héctor Timerman, Carlos Kunkel y Juan Cabandíe- para hablar en buenos términos de Francisco.Actualmente, precisamente el 13 de marzo, al cumplirse un año de la entronización del Papa Francisco, uno de los hombres más importantes a nivel mundial, el kirchnerismo se sumó también a las celebraciones y empapeló las calles de la ciudad de Buenos Aires con un afiche con la cara del Sumo Pontífice, acompañado por una frase que decía: "Un año compartiendo esperanzas".Los carteles estaban firmados por los "Equipos de Difusión', la brigada de propaganda del Frente para la Victoria (FV).

De la felicitación "fría y abucheada” al beso "sumiso”
La presidenta Cristina Kirchner, pero también antes de convertirse en la representante del pueblo argentino, hizo poco para ocultar las diferencias que la separaba del entonces arzobispo Jorge Bergoglio y no se preocupó por cuidar las formas protocolares. Tanto fue así que a pocas horas de conocerse la histórica elección del primer Papa argentino, la Jefa de Estado felicitó de forma fría al nuevo Sumo Pontífice, en un acto de Tecnópolis, mientras militantes de La Cámpora lo silbaban. En ese momento, Cristina no los llamó al silencio ni los desautorizó.
Pero su actitud fue diametralmente opuesta cuando le informaron que sería la primera mandataria en entrevistarse con Francisco. En Roma, sólo cuatro días después de la asunción de Bergoglio, se mostró emocionada y, como la definió oportunamente el periodista Luis Majul, "sumisa”.
Ese comportamiento de la Jefa de Estado se repitió en el nuevo encuentro que mantuvo con Francisco en la ciudad del Vaticano a pocos días de cumplir su primer año de papado. Cristina estuvo reunida con el ex arzobispo porteño por más de dos horas.
 
Sus principios católicos, nuestras máximas peronistas
Cristina Kirchner sorpresivamente, y en menos de un año, pareció convertirse en la"mayor seguidora”de Francisco. Y no duda en utilizar los conceptos transmitidos por el Sumo Pontífice para parangonarlos con las máximas peronistas o defender las políticas del kirchnerismo.
El 26 de julio de 2013, al encabezar un acto en la localidad de Morón (Buenos Aires), la Presidenta comparó a Néstor Kirchner con el Papa Francisco y su mensaje a los millones de personas que participaron de la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro (Brasil).
"Néstor también les dijo que trasgredan, que salgan a la calle, cuando se refirió a ustedes, los jóvenes (…) Me gustó escuchar al Papa en Río decir que la Iglesia no era una ONG. "¿Saben qué les quiso decir? Que hay que salir a luchar por los ideales y las convicciones", exclamó y agregó: "Lo que quiso decir el Papa fue pedirles que salgan a luchar por los ideales, que es lo que nosotros decimos de la política: que tengan ideales y que sean predicadores. Así que bienvenida esa idea de Francisco en estos tiempos de una posmodernidad donde nadie quiere arriesgar nada”.
Hace un par de días, luego del extenso encuentro que mantuvo con el líder de la Iglesia Católica, la primera mandataria nacional habló con la prensa e insólitamente sostuvo: "Muchos deberían leerlo, en vez de venir a sacarse una foto”. Tal vez se olvidó cómo el kirchnerismo utilizó para la campaña electoral de octubre la imagen que testificó su encuentro con Francisco en Brasil y en la que lograron colar a Martín Isaurralde, el entonces candidato al diputado por la provincia de Buenos Aires. O que antes, apenas conocida la novedad, el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, empapeló la Capital Federal con afiches celebrando el "primer Papa peronista”.Pero, retomando el tema central -la última reunión con el Sumo Pontífice-, cuando Cristina Kirchner fue consultada por los periodistas a cerca de los temas que conversó con el Papa Francisco, la Presidenta llegó al extremo cuando afirmó: "Me habló de cosas que ustedes me la habrán escuchado relatar a mí”.
Los conceptos del religioso argentino también son tomados por otras figuras kirchneristas. Recientemente, el titular de YPF, Miguel Galuccio, cuando defendía el acuerdo de YPF-Repsol en el plenario de comisiones en el Senado, expresó: "Como dijo el Papa, estamos haciendo lío en la industria petrolera".
Galuccio destacó de esa forma que el entendimiento con Repsol por la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF constituye "un final feliz" ya que significa "la recuperación de una herramienta elemental para el futuro energético para todos los argentinos".
 
Otras metamorfosis

El dirigente de MILES, Luis D'Elía, fue el primer kirchnerista en atacar a viva voz a Francisco. Desde su cuenta de la red social Twitter comparó a Bergoglio con Juan Pablo II y su faceta de "imperialista para destruir la unión sudamericana". También lo ligó a la dictadura: "Paren un poco, Francisco recién está asumiendo y Videla ya pide un golpe de Estado". Pocos días después comenzó a atenuar sus críticas y a encolumnarse con el relato oficial. La última crítica que deslizó en 140 caracteres fue que "por su debate” el Papa no vendrá al país antes de las legislativas de octubre (2013). Hoy en día, y también a través de Twitter, valora el diálogo entre el Papa y la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
Por su parte, y al día siguiente de la elección, Estela de Carlotto aseguró en una entrevista radial que Bergoglio "representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país". Luego Abuelas de Plaza de Mayo emitió un comunicado de prensa en el que sostenían que "no hablarían más" del tema. Un mes después, Carlotto viajó a Roma y se entrevistó con Francisco y le entregó una carpeta con los datos de los nietos que busca la organización.
Pero, sin dudas, la metamorfosis más marcada en el discurso sobre el ex azorbispo porteño fue por parte de Hebe de Bonafini. En el 2007, la presidenta de Madres llamó "fascista" a Bergoglio. Mientras que un año más tarde su agrupación tomó la Catedral y Hebe contó que debieron realizar sus necesidades detrás del altar "porque les clausuraron los baños".
La semana posterior a la asunción de Bergoglio, y todavía fiel a su relato inicial, Bonafini dijo que "la Iglesia oficial es opresora" y que por eso las Madres se comunican "con los sacerdotes". Sin embargo, un par de días después, le envió una carta al ex arzobispo en la que se mostró sorprendida por su vasto trabajo pastoral.
"Hoy, ante mi sorpresa, escucho a muchos compañeros explicar de su entrega y trabajo en las villas. Me alegro infinitamente al saber de su trabajo y siento esperanzas de un cambio en el Vaticano", versaba la misiva.
 
Nosotros nunca…

Por su parte, y seis días después de la novedad histórica, el Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina se encargó de desmentir los enojos cristinistas con la elección de Bergoglio: "¿Cómo lo de Francisco puede ser algo malo?” (…) Inventan que estábamos enojados y después, como no lo estamos, dicen que cambiamos”.
El diputado nacional Carlos Kunkel también esperó al momento apropiado para alabar a Francisco y celebró que el Sumo Pontífice sea "un discípulo de Perón". Igualmente, el camporista Juan Cabandié -hijo de desaparecidos pero más conocido por los incidentes que protagonizó cuando una agente de tránsito le labraba una multa- elogió al Papa en la legislatura porteña: "Me parece genial que el Papa sea argentino, eso nos entusiasma. Como dijo nuestra Presidenta, un Papa que habla de la ‘Patria Grande’ es un Papa que nos entusiasma”.
Un dato más que importante y que no puede escapar al archivo: antes, ni Kunkel ni Cabandié habían querido homenajear al Sumo Pontífice en el Congreso nacional o en la legislatura porteña.
 
Un gesto del kirnerismo: vuelve el Tedeum del 25 de Mayo a la Catedral Metropolitana
En febrero, fue noticia de los medios nacionales la confirmación oficial que la presidenta Cristina Kirchner y los miembros de su gabinete asistirán al Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, que presidirá el sucesor de Bergoglio, Mario Poli.
La ceremonia religiosa fue históricamente realizada en la catedral de Buenos Aires, desde el 25 de mayo de 1810 cuando la Primera Junta se dirigió hacia allí para realizar la primera acción de gracias de la historia nacional.
Pero por las marcadas diferencias del matrimonio gobernante con el entonces arzobispo porteño, en 2005, Néstor Kirchner decidió trasladar la celebración religiosa a distintas ciudades del interior del país, decisión que fue continuada por Cristina durante su gestión.


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