viernes 24 de marzo de 2023

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Nutrición

“Los alimentos que le aportamos al niño durante la primera infancia son determinantes para su salud futura”

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Por Redacción El Ancasti
"Hoy se sabe que la nutrición infantil, es decir los alimentos que le aportamos al niño en la primera infancia, es determinante para la salud futura, en la vida adulta”, dijo la presidente del Colegio de Dietistas y Nutricionistas de Catamarca, Patricia Perricone, al remarcar la importancia de la alimentación saludable durante la niñez.

Pero lograr que los más chicos adquieran hábitos saludables de alimentación es todo un proceso que requiere de "paciencia y cariño” por parte de los adultos.   "La alimentación no es un proceso de hoy para mañana. Es un proceso sostenido con cariño, con pautas establecidas en casa, con rutinas que va a permitir a los chicos hacerse más amigos de los alimentos saludables”, aseguró.
 
La entrevista completa: 

-¿Por qué es importante una nutrición saludable en la edad infantil?

-La alimentación es algo fundamental. El derecho a la alimentación es un derecho fundamental de todos los seres humanos, ya que alimentarse es vital para poder sobrevivir, hay algunos grupos poblacionales y entre ellos  los niños, donde esto  se torna un tema mucho más sensible. 

Hoy se sabe que la nutrición infantil, es decir los alimentos que le aportamos al niño durante la primera infancia, resultan  determinantes para su salud futura y que puedan ser adultos sanos en la vida adulta. El déficit  de algunos minerales claves en el desarrollo como el hierro y el calcio o el exceso de grasas no saludables  impactan directamente en el desarrollo de la  obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer,  que son la principal causa de muerte en el país y en el mundo y hoy las encontramos agrupadas como ECNT (Enfermedades Crónicas no Trasmisibles)”. 

Este es un problema  que quizás  los padres o adultos responsables de la crianza de los niños  no han tomado  aún la dimensión de la gravedad  y la  relevancia de comenzar a actuar rápidamente en la modificación de los hábitos a nivel individual y colectivo . 

Estamos sensibilizados, sabemos que es necesario  comer bien, pero a la hora de organizar o planificar la mesa  familiar, vemos que cuesta muchísimo establecer límites claros sobre lo que se puede comer y lo que no, al igual que lo relacionados a las cantidades. Quizás esto sea el resultado de que los que hoy son padres, no han sido educados o no recibieron la información suficiente en materia de alimentación o nutrición y, por lo tanto, se torna  difícil  la toma de decisiones acertadas en el tema.

Los adultos por lo general comemos lo que aprendimos de  nuestra mamá o la abuela, lo que socialmente está disponible y resulta "más fácil” o  "más rápido”, estamos demasiado ocupados para dedicar tiempo a cocinar comida equilibrada, armónica y adecuada a nuestras necesidades. Es una realidad que al incorporarse la mujer al mundo laboral, se  redujo  el tiempo que le dedica a las tareas en casa, entre ellas a cocina. 
 
-También podríamos agregar como condicionante el factor económico…

-El factor económico influye y mucho. Hay varios estudios en el país relacionados al costo de la canasta de alimentos saludable  y se sabe que es mucho más costosa que la alimentación básica rica en harinas, grasas y azúcares.

Cuando hablamos de alimentos saludables no quiere decir que tenga que ser todo dietético o light sino hacer mejor selección de alimentos disponibles en la zona, incorporar mayor cantidad de verduras y frutas de estación, nueces, semillas y cereales de la región… Los patrones de consumo de Catamarca, como en el resto de las provincias del NOA, están muy por debajo de las raciones que se recomiendan al respecto de estos alimentos. 

- ¿En qué consistiría la alimentación saludable?
- Una alimentación saludable es aquella donde están  presentes todos los grupos de alimentos todos los días de ser posible. No podemos considerar que nuestra alimentación es sana por que se consume frutas una vez al mes, por ejemplo. 

A nivel infantil, es muy importante respetar la lactancia materna exclusiva hasta el 6° mes  de ser posible y luego incorporar paulatinamente  hortalizas cocidas sin sal con una cucharita de aceite sin cocinar preferentemente oliva o maíz, que no sean mezcla. 

Luego probar con puré de frutas, agregar las carnes de vaca y pollo que aportaran el hierro, y así poco a poco con el acompañamiento del pediatra y la nutricionista, se incorporan todos los alimentos  en pequeñas porciones y se va retirando la cantidad de tomas de pecho materno o mamaderas, según sea el caso. Al año de edad el niño puede incorporarse a la mesa familiar, comer lo mismo que el resto de la familia procurando evitar alimentos picantes y demasiado grasos. 

Si tenemos en cuenta los grupos de alimentos, en relación a las leche, yogurt y quesos: las necesidades irán variando entre 2 o 3 porciones según la edad. Un error frecuente es  pensar que la leche debe tomarse pura, sino no sirve nutricionalmente, pero, en realidad, la podemos incorporar en un postrecito, en una preparación salada como una polenta o salsa blanca. También es importante saber que una feta de queso de un centímetro equivale a una porción de un vaso de leche aproximadamente. 

Otro grupo de alimentos importante son las  carnes (de vaca, pollo, pescado, cerdo, etc.). Se recomienda la ingesta diaria de las mismas ya que proporcionarán proteínas de alta calidad y hierro. Una porción puede ir entre  80 y 120 gramos de carne. No necesitamos de grandes porciones para estar bien alimentados y nutridos, ocasionalmente se puede reemplazar por cortes como corazón, mondongo, hígado, lengua  que son similares  nutricionalmente y tienen un costo más económico.

Los cereales, panes, pastas y almidones son un grupo de alimentos claves en la dieta diaria. En cantidades moderadas son excelente fuente de energía y permiten que las proteínas que consumimos  en las carnes, en el yogurt, en el huevo y demás,  cumplan  la función de ser formadores de tejidos, de músculos, que aportan  al crecimiento de los chicos. Es importante destacar que  de este grupo se recomienda el consumo de habas, lentejas garbanzos,  quinoa, arroz, panes, pastas, etc. No son sólo los cereales que le ponemos al yogurt o los que se comen en forma de barrita.

Por ultimo,  pero no por ello menos importante, el grupo de  las frutas y verduras , uno de los que figura en el último puesto de la alimentación de los argentinos y catamarqueños, sin distinción de edad, porque al parecer, los niños imitan o repiten los hábitos de los padres, que consumen en general  muy poca variedad de estos alimentos, que tantos beneficios nos traen . Recuerden que para considerar que algo no nos gusta deben haber intentado probarlo más de 10 veces de distintas formas. Con las verduras pasa que antes de probarlas  le dictamos la sentencia determinante de "es feo, no me gusta”, así que a intentar ponerlas en preparaciones que los niños habitualmente aceptan como albóndigas, empanadas, pasteles, buñuelos, etc., combinadas con otros alimentos que si aceptan  y veremos que de esa forma se hace  más amigable su incorporación. 

¿Qué nos aportan? Todo tipo de sustancias anticancerigenas, antitumorales, vitaminas, minerales, facilitadores de la absorción del hierro y de la utilización de muchos principios activos,  agua, fibra alimentaria, entre otras.
Y las frutas, que están en el mismo grupo, tienen como mejor aceptación, pero los papás debemos tomarnos el trabajo para ponerlas a disposición de nuestros hijos, debemos lavarlas, pelarlas… y dejarlas al alcance de los chicos.

 (…) Con mucha paciencia y cariño, podemos lograr que nuestros hijos incorporen los alimentos saludables. El proceso de educación alimentaria, así como aprender a leer, escribir, redactar un texto o resolver una fórmula, es un proceso que dura toda la vida. Algunos los logramos con mayor destreza, a  otros les lleva más tiempo. 

La alimentación es un proceso de aprendizaje sostenido  que requiere de  cariño,  pautas  claras establecidas en casa (por ejemplo, se almuerza con agua y todos hacemos lo mismo), con momentos que  incluyan el juego, el aprender a comer solos aunque se ensucien, a cocinar juntos con sus padres,  son todos factores necesarios para generar un  vínculo con la comida, que no sea conflictivo, sino que sea natural, armonioso y afectivo. Sino piensen en el guiso o la sopa que les hacia la abuela! ¿Qué sienten ante ese olor familiar  y afectivo?

- Uno de los mitos de la nutrición infantil, que viene desde nuestros abuelos, es pensar que un niño es saludable porque come mucho o está gordito…

-Hoy en día la evidencia científica es clara y contundente al respecto  y no apoya esta creencia que el niño obeso es más sano. En nuestro país estamos en presencia de dos problemáticas: la desnutrición por un lado  y la obesidad – sobrepeso por otro. Ambas situaciones se denominan mal nutrición, una por déficit y la otra por exceso.  

Un chico gordito tiene un exceso de peso pero eso no siempre significa que haya buena alimentación. Muchas veces tienen sobrepeso u obesidad y además tienen anemia o déficit de calcio, colesterol alto o presión arterial elevada. A veces estos niños son alimentados a panchos, frituras y engordados con harinas y azúcar  aportadas en golosinas y gaseosas… ¿eso es estar saludable?

- En nuestra  provincia preocupan las últimas estadísticas sobre obesidad o sobrepeso infantil. El desafío está en empoderar a las familias para que puedan aportar a sus niños  una alimentación saludable…

 - Sí, totalmente. Es un gran desafío. La malnutrición no es un tema sencillo de abordar, pero es una obligación de todos los que trabajamos en salud y educación el hacerlo, se necesita de un trabajo mancomunado entre los integrantes del equipo de salud,  nutricionistas, pediatras, docentes, y la familia  todos juntos traccionando  en pos de un  objetivo único que es el de construir salud en nuestros niños y comunidad

Es importante destacar que al afrontar esta problemática debemos cuidar mucho los términos en que se abordan porque  podemos generar situaciones de  discriminación o bullyng en aquellos niños que ya tienen  sobrepeso u obesidad. Estas patologías tienen un origen  multicausal donde varios  factores  confluyen en su desarrollo. 

No  solo se relacionan a cuanto se come, sino a las conductas relacionadas a la comida, al comportamiento de diferentes hormonas relacionadas a la alimentación y nutrición, al sistema endocrino, a la genética, nivel económico,  estilo de vida, exposición a agentes tóxicos ambientales, etc.


-¿Cuántas comidas deben los niños realizar al día?

- Lo óptimo son las cuatro comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena; pero si tienen alguna actividad o desgaste físico  extra se debe ajustar y se pueden incluir  colaciones o refrigerios intermedios. 
 
- Alguna recomendación más…

- Si, es importante reducir el consumo de bebidas azucaradas  Este es un problema serio, a nivel de Salud Pública  ya que casi el 50% de los líquidos que ingieren los chicos por día están aportados por bebidas con altas concentraciones de azúcar en contraposición con el consumo de agua de entre un 13 al 15%, cuando esta es la bebida fisiológica por naturaleza, o sea , la que nuestro cuerpo necesita.

Los especialistas estamos debatiendo sobre el tema y creemos que pueden ser uno de los desencadenantes del sobrepeso y obesidad ya que aportan prácticamente las calorías diarias que un niño necesita sólo en bebidas azucaradas. 

Debemos replantearnos el consumo de aguas saborizadas porque tienen azúcar, no es agua. Son calorías vacías aportadas por el azúcar que no tienen el valor nutricional que el niño necesita. 

Cuando hablamos de establecer un orden es este tema no significa que nunca más  le vamos a permitir tomar un vaso de  gaseosa o de agua saborizada, sino que tiene que existir un equilibrio entre lo que hace bien y lo que gusta y al menos en casa, lo que debe haber en la mesa y lo que le debemos ofrecer , tiene que ser agua potable.

 Los papás debemos cambiar la visión de que querer, es comprar y dar de comer y tomar a nuestros hijos lo que la televisión nos vende. Si yo  quiero a mi hijo, quiero lo mejor para él, y si lo quiero premiar por algo le pongo agua y después cuando salimos o en  alguna reunión, si lo que hay es gasesosa, y bueno, se consumirá eso, sin dramatizar.

De esa forma bajamos la exposición, no prohibimos; pero sí reducimos la exposición al exceso de azúcares.  


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