Desde que llegó a la Fórmula 1 en 2007 como el niño mimado de McLaren, el muchacho nacido el 7 de enero de 1985 en la localidad inglesa de Stevenage se caracterizó por ser uno de esos pilotos que siempre van a fondo y que cuando tienen un buen medio mecánico lo aprovechan al máximo. Eso se notó en este 2014, en su segunda temporada en Mercedes y luego de vivir algunos años en los que estuvo lejos de la lucha por la corona.
Aunque inició el torneo con un abandono en el GP de Australia, Hamilton se encontró con un vehículo a la altura de sus cualidades que le permitió soñar con lograr su segunda corona después de la conseguida en 2008. Los cuatro triunfos consecutivos tras la excursión a Melbourne, así se lo ratificaron. El único que se interpuso entre él y su objetivo del bicampeonato fue su compañero alemán Nico Rosberg, quien lideró la parte inicial del certamen gracias a su gran regularidad. Con una Flecha de Plata que se mostró superior al resto por una unidad de potencia más eficiente (se dice que tiene 70 caballos más comparada con las de Ferrari y Renault, los otros dos motoristas), Hamilton y Rosberg fueron grandes dominadores del campeonato, más allá de los tres triunfos del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull). Hamilton contrarrestó a su coequipier a base de rachas triunfales. A aquella que tuvo en el génesis del año le siguió otra de cinco éxitos seguidos en el epílogo, algo que le permitió pasar a Nico y afianzarse al frente de la tabla de posiciones.
"Es el mejor día de mi vida. Ganar el título de 2008 fue especial, pero el sentimiento que tengo ahora va mucho más allá. Me supera, me desborda. Me siento bendecido”, así de feliz se mostró Lewis Hamilton luego de lograr su segundo cetro en la Fórmula 1.
El flamante bicampeón también tuvo palabras de elogio para Nico Rosberg, su compañero y rival: "Ha luchado de una forma increíble durante todo el año. Ha sido un competidor fabuloso. Estoy muy triste porque su coche no haya sido suficientemente rápido para luchar conmigo en esta carrera”.
A todo esto, Rosberg, que incluso fue a felicitar al inglés a la sala de conferencias, admitió que su coequipier es un justo campeón. "Se lo merece. Fue el mejor piloto del año”, dijo.