En adhesión a la celebración de los 400 años de la aparición de la Virgen del Valle, la SADE Catamarca incluirá en su programación la publicación de textos marianos y una disertación sobre el tema.
En adhesión a la celebración de los 400 años de la aparición de la Virgen del Valle, la SADE Catamarca incluirá en su programación la publicación de textos marianos y una disertación sobre el tema.
La SADE junto a la Junta de Estudios Históricos tendrán un ciclo en donde se hará, entre otras actividades, una disertación con la participación de Hilda Angélica García (presidenta de SADE) y Víctor Russo. Allí se expondrá un panorama general de la temática junto al análisis del poema de Jorge Paolantonio “Al morenísimo rostro”.
Al morenísimo rostro
Fragmento. Jorge Paolantonio
Agua de cuarzo y achumas vertiendo por la quebrada
Cardón en alba brillante, madre en la gente del valle
vuelve feliz tu mirada y enciéndete por nosotros
en cada cima y lomada, en los jasis y en los yacos,
en vías de pedregullo, en cuestas y en ojos de agua.
Laven tus ojos la herida de seres y mezquindades
en puestos y caseríos, en los pueblos y ciudades.
Vela en tu plácido gesto
a los que te piden, a los que no te piden
a los que te ignoran, a los que infelices ríen
a los que en su llanto cantan.
Mujer cetrina del valle
María niña y señora
sol temprano en los zafreros, brisa en los algodonales
tinaja de los febriles, guatana de los perdidos
amancay de los infantes.
María de los que siembran, de los que mingan felices,
de los chorrillos y acequias, de aguada y cañaverales
de las banderas de lluvia, de los yuchanes al alba.
María de los dolidos
de la muerte sorprendida en las minas y salares,
en el aire que envenena tarcos y alpacas reales.
Madre de las violentadas
de los palos y las ruedas, de las pircas y los japes,
de las tacanas y shinquis, y de los pies que descalzos
suben a ti su mirada
María muestra tu rostro y amamanta a los baguales
que con risas te coronan en misachicos y andares.
Virgen del Valle
PROCESIÓN
Nuestra Señora iba bendiciendo
a su pueblo.
Catamarca
miraba a la Morena Madre
caminando a su lado
desplegando pañuelos,
saludando a su paso.
Y la hermosa Doncella
derramaba su albura
sobre todos los hijos de este valle.
Ella bajó del cerro
tocada por la Gracia en medio de cardones,
flor delicada y pura
de oscura piel envuelta
en su manto de seda.
Nacía de la dura condición de la piedra
transformada en caricias
de luz sobre la tierra.
Madre entre las montañas
y para siempre Madre,
tejió sobre la aurora
un paño de consuelo.
Por eso vamos todos
a cantarte en la plaza.
Besamos con cariño tu mano generosa.
Envíanos tus luces para soñar un tiempo
en que los niños rían
y el agua de los ríos
enjuague nuestras lágrimas.
Hilda Angélica García