jueves 28 de marzo de 2024
|| CARA Y CRUZ ||

Antecesores de De Vido

No es necesario profundizar demasiado para encontrar en la historia política reciente de Catamarca prefiguraciones..

Por Redacción El Ancasti

No es necesario profundizar demasiado para encontrar en la historia política reciente de Catamarca prefiguraciones de lo que ocurre por estos días a nivel nacional, donde el kirchnerismo es impugnado moralmente por el Gobierno nacional que encabeza Mauricio Macri. La sesión de la Cámara de Diputados de la Nación en la que el ex ministro de Planificación Julio De Vido zafó del desafuero, aunque sucumbiera en el desprestigio, acaso haya sido uno de los ejemplos más nítidos. Muchos catamarqueños habrán sentido un “dèja vu”; para algunos memoriosos, el episodio habrá tenido sabor a revancha. De Vido fue impugnado por falta de idoneidad ética. Su permanencia en la poltrona con tantas causas penales por corrupción apiladas que lo tienen como protagonista, alegaron los objetores, constituía una indignidad que impregnaba a todo el cuerpo. Elisa Carrió le metió nomás el rótulo de “infame traidor a la Patria”. Contra estos argumentos políticos, la defensa de la gestión kirchnerista fue menos significativa que el énfasis leguleyo puesto en la supuesta anomalía de los procedimientos seguidos para la destitución. Que la expulsión de De Vido iba a fracasar se sabía ya desde que el macrismo decidió impulsarla. Era improbable que se alcanzara la mayoría calificada de dos tercios de los votos de los legisladores presentes necesarios para eyectarlo. El triunfo macrista comenzó a perfeccionarse cuando en comisión se habilitó al tratamiento del desafuero en el recinto. Con el escenario montado, el pobre De Vido era ya carne pa’ los chocos.

Es una maniobra de campaña, clamó el kirchnerismo, preocupado porque una eventual expulsión del ex ministro pudiera proyectarse como precedente para obstaculizar el acceso de Cristina Fernández de Kirchner al Senado por falta de idoneidad ética. Por supuesto que fue una maniobra de campaña ¿Qué hay con eso? ¿Acaso no fue también una maniobra de campaña que la doctora Fernández de Kirchner, por entonces senadora nacional, alentara la expulsión de Luis Barrionuevo del Senado en 2003, aliada con el FCS? Ocurrió tras la incendiaria jornada electoral del 2 de marzo de ese año, cuando al gastronómico se le atribuyeron rasgos cuasi terroristas. Néstor Kirchner era candidato a la Presidencia y el incidente le vino al pelo al matrimonio para ponerse a la cabeza de una cruzada ética que incluyó la visita de la senadora Cristina a Catamarca para que los barrionuevistas le hicieran el favor de tirarle huevos y confirmaran a la opinión pública nacional que eran unos energúmenos irredimibles. El Senado, decían en esa época Cristina y los radicales catamarqueños, debía depurarse del salvaje Barrionuevo. Como De Vido el miércoles, Barrionuevo sorteó la expulsión, pero algo puede consignarse a favor del sindicalista: sobre él no pesaban multitud de causas penales, sino la interpretación sobre el sentido del boicot electoral que se instrumentó cuando le impidieron ser candidato.

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Catamarca ofrece otros precedentes. Ángel Arturo Luque expulsado de la Cámara de Diputados por supuestas declaraciones inconvenientes a un periodista en pleno Caso Morales. Ramón Saadi inhabilitado para ingresar al Senado nacional por la “inhabilidad moral” que le asignaban los radicales en base a causas penales irresueltas abiertas después de la Intervención Federal. Aunque con repercusión más módica, hubo también varios casos de legisladores provinciales peronistas electos que no pudieron asumir por no reunir cualidades éticas satisfactorias para el paladar de mayorías circunstanciales. El calavera no chilla. Los cuerpos parlamentarios tienen carácter político, no jurídico, de modo que las reglas allí no son las mismas que las de la Justicia. Ya determinarán los jueces el destino de Julio de Vido. La del miércoles fue una movida tendiente a exponerlo antes que a expulsarlo, como tantas que se instrumentaron en Catamarca y contaron con la colaboración de quienes ahora se postulan como mártires.

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