viernes 29 de marzo de 2024
EDITORIAL

La pobreza y los relatos

Después de varios años de apagón estadístico y de manipulación...

Por Redacción El Ancasti
Después de varios años de apagón estadístico y de manipulación de los índices, ayer el INDEC dio datos oficiales sobre la pobreza, según los cuales en junio pasado afectaba al 32,2 por ciento de las personas.

Se trata de niveles muy altos y preocupantes en función de la riqueza potencial que encierra este país, pero resulta necesario un análisis comparativo con los niveles de otros momentos de la historia reciente para no analizar la foto, sino la película.

En enero de 2003, pocos meses antes de la asunción de Néstor Kirchner, las cifras oficiales indicaban que, como consecuencia del impacto de la crisis de 2001-2002, la pobreza afectaba al 58% de los argentinos. En diciembre de 2015, al asumir Mauricio Macri la presidencia, la pobreza estaba en el orden del 29%, según los estudios del Observatorio de la Pobreza de la Universidad Católica Argentina (UCA).

La manipulación de los índices inflacionarios del INDEC kirchnerista a partir de 2007 impidió que se conociese con exactitud la cantidad de pobres, y por esa razón se comenzó a considerar a los de la UCA como los más creíbles.

La propia ex presidenta de la Nación, Cristina Kirchner, dijo en más de una oportunidad hacia el fin de su segundo mandato, que la pobreza en la Argentina estaba por debajo del 5%, una cifra muy alejada de la realidad.

Si el gobierno anterior hubiese evitado incurrir en tan grotesca falsedad, podría haber exhibido como un logro la reducción de la pobreza a la mitad desde 2003 hasta 2015. Pero prefirió el relato.

En lo que respecta al nuevo gobierno, debe destacarse la normalización del INDEC que está trabajando arduamente para recuperar la credibilidad de las estadísticas, imprescindibles para el diseño estratégico de un país.

Pero el presidente Macri comete el error de pretender se juzgue la eficacia de su gobierno en la lucha contra la pobreza solo a partir de las cifras conocidas ayer.

Así como el kirchnerismo debe hacerse cargo de la destrucción de las estadísticas, el macrismo debe también asumir que el crecimiento de tres o cuatro puntos porcentuales en los niveles de pobreza es atribuible a decisiones asumidas en los primeros seis meses de su gobierno. Como por ejemplo el incremento de la inflación, sobre todo de los alimentos; los despidos y la caída general de la actividad económica. 

Relato de un lado y del otro de la tan mentada grieta.

Si bien es cierto que la pobreza cero es más un ideal inalcanzable que una promesa de campaña, también lo es que la actual gestión de Cambiemos deberá generar políticas activas de reactivación de la economía sin depositar solo expectativas para ese fin en la llegada de inversiones extranjeras, en una coyuntura histórica internacional en la que los movimientos de capitales obedecen más a motivaciones especulativas que a proyectos ligados a la producción.
Mientras tanto, las especulaciones políticas respecto de un tema de tanta sensibilidad no deberían tener cabida. Ni de un lado ni del otro. 
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