Es probable que el
intendente de Valle Viejo, Gustavo Roque Jalile, no ande con muchas ganas de
organizar actividades por el Día del Árbol, que hoy se celebra en la Argentina
por una iniciativa del Consejo Nacional de Educación instaurada hace ya 115 años.
Menos aún luego de
conocer una resolución de la Cámara de Apelaciones en lo Civil de Primera
Instancia, que ordenó detener la tala de añosos ejemplares que el municipio
chacarero pretendía ejecutar en la calle Crisanto Gómez, haciendo lugar a un
recurso de amparo presentado por los vecinos de esa zona de la localidad de
Santa Rosa.
Vecinos denuncian tala indiscriminada en Valle Viejo
Más allá de este
episodio puntual, puede advertirse claramente cómo se ha ido modificando el
paisaje de las Chacras en las últimas décadas. Los innegables adelantos que
traen aparejados las obras de infraestructura pública y privada, en algunos
casos tienen como contrapartida una afectación desmedida de la naturaleza.
Así, el verde
frescor que siempre caracterizó a esa zona del valle central ha ido cediendo
espacios al gris cemento, demasiados según la opinión de muchos habitantes del
departamento, apreciación compartida por urbanistas calificados, algunos de los
cuales habitan por la zona, que creen que el daño al paisaje natural podría
evitarse –o al menos morigerarse- si se planificaran las obras adecuadamente y
se las dotara de creatividad e imaginación.
Al parecer, el
avance del "progreso” ha sido históricamente antagónico a la preservación del
entorno natural, aunque no necesariamente debería serlo. En nuestra provincia,
por ejemplo, la extensión de las líneas ferroviarias hacia fines del siglo XIX
y principios del XX implicó, por la utilización de madera autóctona para la
construcción de los durmientes de las vías, la deforestación forestal de vastas
zonas.
La tala indiscriminada
de especies arbóreas autóctonas se ha incrementado notablemente en los últimos
años, fenómeno asociado a la expansión de la frontera agropecuaria.
Según datos de
2013, solo entre 2010 y 2012 se perdieron
más de un millón de hectáreas que debían estar protegidas según el ordenamiento
territorial que establece la Ley de Bosques sancionada en 2007, de acuerdo con
un informe de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (SAyDS). Para
tener una idea acabada del impacto, se puede señalar que la superficie
desmontada equivale a 50 veces la ciudad de Buenos Aires.
Catamarca, que
posee su propio ordenamiento territorial de bosques nativos desde el año 2010,
régimen que contempla sanciones muy duras para los que incurran en violación de
las leyes, es, según el informe mencionado, la octava provincia donde más
desmontes hubo (más de 12,000 hectáreas), aunque muy lejos de la jurisdicción
que encabeza este lamentable ránking, Santiago del Estero, con 453.000
hectáreas.
La celebración
del Día del Árbol tiene como propósito generar reflexión sobre la necesidad de
la preservación de la naturaleza. La responsabilidad es fundamentalmente del
Estado, que debe generar las políticas que tienen impacto ambiental. A los
particulares les compete más, en todo caso, estar atentos y ejercer el control
ciudadano de todas aquellas medidas que amenacen el entorno natural.