jueves 14 de marzo de 2024
CARA Y CRUZ

Grotesca e inconducente catarsis

Por Redacción El Ancasti
La necesidad, se sabe, tiene cara de hereje. Como la dirigencia catamarqueña ha sido incapaz de edificar condiciones para llevar la autonomía de la teoría a la práctica, se ve obligada ahora a sobreactuar acercamientos, guiños y respaldos a la Casa Rosada para no quedar desfinanciada. La encerrona es tal que no es posible, sin caer en la necedad, objetarle la actitud: el funcionamiento del sector público provincial depende del auxilio económico y financiero nacional, y el Estado local tiene tal hipertrofia que su colapso precipitaría una catástrofe social. Las responsabilidades institucionales de los gobernantes provincianos pasan, entonces, desde hace años, por asegurar el flujo regular de fondos de la Nación adicionales a los de la coparticipación federal que permitan hacer algo más que abonar sueldos. Esto explica la "transversalidad” en ejercicio, en la que oficialistas y opositores catuchos se integran en un tropel de macristas y neomacristas ansiosos por capturar el favor presidencial. En tal marco, ha de reconocérsele a la diputada nacional Verónica Mercado la originalidad, aunque solo eso. Su decisión de mantenerse al margen de la ola macrista podría resultar útil para plantear las necesidades estructurales de Catamarca que otros, condicionados por la necesidad de recursos para gobernar, no pueden. Lamentable, por cierto, pero también previsible: la diputada Mercado juega su lealtad, como se consignó desde que fue postulada, a la familia Kirchner, que gobierna Santa Cruz, y no a los intereses de la Provincia de Catamarca. En ese tren, se propone convertirse en jefa del kirchnerismo residual provinciano, sin privarse de grotescos como el que protagonizó ayer durante la visita de Mauricio Macri.






Mercado encabezó un micropiquete de repudio a la presencia de Macri en la esquina de Alem y Güemes, que fue disuelto por la Policía. Los forcejeos fueron viralizados luego por las redes sociales, calificados como una brutal represión de la supuesta dictadura macrista. La secuencia expone los motivos: el fin que perseguía la legisladora era, tal como sus referentes nacionales hacen al verse embadurnados por la corrupción, victimizarse. De ahí los gritos e insultos desgaritados para dotar de dramatismo a la módica pechadera con la Policía. La diputada cuenta, por supuesto, con herramientas para hacer las denuncias que correspondan por los alegados maltratos, pero hay una pregunta pertinente: ¿qué beneficio concreto para Catamarca y los catamarqueños perseguía el piquete? No requería inversiones, ni la modificación de rémoras históricas que obstaculizan el progreso de la provincia, ni programas para promover el trabajo genuino, ni aplicación diferenciada de los tarifazos. La manifestación se limitó a consignas antimacristas idénticas a la de cualquier otro distrito y al griterío. Fue una mera catarsis, inconducente en cualquier razonamiento que no sea el que desemboca a la pretensión de Mercado de lograr visibilizarse.





Se ratificó así la defección de la legisladora y el distorsionado criterio que imprime a su mandato. Como diputada nacional cuenta con facultades para plantear institucionalmente los reclamos de Catamarca y proponer políticas específicas tendientes a revertir el atraso de la provincia. Pero en lo que lleva de mandato no se le conoce una sola iniciativa en tales sentidos, omisión que se concatena con el fervor que emplea para declamar amores al kirchnerismo que, por cierto, mucho ha contribuido al derrumbe de las economías regionales y a la exacerbación del centralismo. La sobrina del extinto Armando "Bombón” Mercado, sobrina política por tanto de la gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, elige el camino del piquete. Dedúzcase de ahí a qué intereses responde y para qué fue seleccionada por el dedo "k” para ir al Congreso. El naipe está a la vista: a su compromiso con el poder santacruceño suma ahora el grotesco de un papelón en el que se conjugaron la degradación de su rol institucional y lo menesteroso de su convocatoria.
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