jueves 28 de marzo de 2024
EDITORIAL

Por el buen camino

Los múltiples problemas que afectan a la educación nacional suelen provocar una baja autoestima, ....

Por Redacción El Ancasti

Los múltiples problemas que afectan a la educación nacional suelen provocar una baja autoestima, derivada de la deficiente formación que se les atribuye a nuestros profesionales en comparación con otros del resto del mundo, en particular de los países desarrollados.

Pero se trata de una visión parcial, pues son numerosos los casos de argentinos que se destacan a nivel mundial, particularmente en el ámbito de la investigación científica.

El 2014 fue un año muy fructífero en hitos científicos. Entre ellos merecen destacarse el descubrimiento del megadinosaurio en el territorio de la provincia de Chubut; el lanzamiento del satélite Arsat-1; los avances en el diseño de estrategias terapéuticas innovadoras para alteraciones inflamatorias inmunológicas y cáncer, investigación liderada por el biólogo Gabriel Rabinovich; y una terapia para combatir el ébola a partir de la aplicación de un suero elaborado por investigadores del Instituto Maiztegui con plasma de convalecientes del mal.

También el año pasado, la Academia Mundial de Ciencias premió a los científicos argentinos Marcelo Rubinstein y Daniel De Florian, e incorporó como miembros permanentes a la bioquímica Ana Belén Elgoyhen y al astrónomo Félix Mirabel, todos ellos investigadores del Conicet. Para medir el significado trascendente de estos nombramientos es necesario puntualizar que desde 1983, año en que se fundó la academia, solo 15 argentinos fueron premiados.

Rubinstein fue reconocido por su aporte a la comprensión de los genes involucrados en el comportamiento del apetito, la adicción y la obesidad utilizando ratones transgénicos.

De Florian, mientras tanto, fue premiado por su "fundamental contribución para comprender la producción del Bosón de Higgs en el colisionador de hadrones”.

Además, científicos argentinos que secuenciaron y decodificaron por primera vez en el país el genoma completo de tres pacientes con trastornos del espectro autista y epilepsia, descubrieron una alteración genética que sería la causa de su patología.

El proyecto fue liderado por el neurólogo Marcelo Kauffman; el químico especialista en bioinformática, Adrián Turjanski; y el biólogo molecular Martín Vázquez, los tres investigadores del CONICET.Hace pocos meses, el doctor Fernando Cáceres y la licenciada Sandra Vanotti, ambos del Instituto Neurológico de Buenos Aires, perfeccionaron el diagnóstico en esclerosis múltiple, y el equipo del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental del Hospital Italiano de Buenos Aires y del Conicet lograron transformar células de la piel de personas diabéticas en otras similares a las del páncreas humano, una técnica que permitirá en unos cinco años suplir la falta de producción de insulina de manera inocua y mínimamente invasiva.Son solo algunos  de los muchos logros que ha alcanzado la ciencia argentina en el último año y medio.

Tales avances se sustentan en un notable incremento del presupuesto para la investigación científica y en la política de repatriación de "cerebros” argentinos radicados en el exterior, revirtiendo las políticas devastadoras de los años noventa.Es justo anhelar, en vista de estos resultados alentadores, que estos avances se sostengan en el tiempo con el apoyo del Estado nacional, sea cual fuere el signo político del gobierno que asuma en diciembre.




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