jueves 28 de marzo de 2024
Editorial

Lejos de la realidad

Por Redacción El Ancasti
Es tan elevado el promedio de horas semanales que una persona pasa frente al televisor que se hace preciso prestar atención a las consecuencias que tal exposición implica en términos de reproducción de modelos estereotipados y distorsionados de la realidad, que generan miradas teñidas por la división, la exclusión y la discriminación de los sectores que se presentan como "diferentes”.

El esfuerzo de mensurar esos efectos es tan importante para las nuevas generaciones como para los adultos, porque son éstos los que luego transmiten estas pautas culturales a los niños.

Desde esta perspectiva de análisis siempre es muy ilustrativo conocer las conclusiones de los estudios que se llevan a cabo respecto del análisis del contenido de los medios. El Observatorio de la Discriminación en Radio y TV acaba de presentar la segunda parte del "Monitoreo de las discapacidades en la TV”, trabajo llevado a cabo con el asesoramiento del Instituto contra la Xenofobia y el Racismo (INADI) y el Consejo Nacional de las Mujeres (CNM).

Según el informe, la televisión reproduce un modelo anticuado sobre discapacidad, a contramano de las nuevas tendencias sociales, plasmados incluso en normas de alcance nacional y mundial.

Cita como ejemplos las telenovelas, especialmente "Esa mujer” (Canal 7 de Buenos Aires) y "La Patrona” (Canal 9), en las que se presenta a la discapacidad como un castigo divino, asociada a la culpa, a la tragedia. "Las personas con discapacidad son representadas como objeto de pena y compasión, dependientes y sin autonomía. Para ellas/ellos no hay final feliz si no son rehabilitadas/os”, se puede leer en las conclusiones. 

Se menciona, asimismo, que hay un problema de enfoque en los programas de ficción. "En la mayoría de los casos analizados, los personajes están al cuidado de otras personas. Son empujados en sus sillas, atendidos en sus camas como enfermos. No son autónomos ni se integran a las actividades de trabajo, permaneciendo en un compás de espera hasta el momento de ser rehabilitados, situación a la que se aspira, no pudiendo lograrse la felicidad sin ella”, dice el informe. También cuestionan la falta de representación de vidas cotidianas de las personas con discapacidad, ya que siempre se las ve en hospitales, en camas o encerradas en sus casas.

La discapacidad nunca es planteada como una situación a ser vivida: hay una "recurrente vinculación de la discapacidad como tragedia a ser superada, no pudiendo aparecer aún como parte de una situación de vida permanente en la que se realizan las mismas actividades que los demás”.

El estudio también analiza programas de no ficción, como noticieros, programas de espectáculos, infantiles, de entretenimiento, en los que se advierten enfoques de la discapacidad que no se condicen con la realidad.
Se confirma una vez más que la televisión marcha muy atrás que la conciencia social sobre diferentes problemáticas, en este caso la discapacidad.

Es preciso, en consecuencia, promover una lectura y un consumo crítico de sus contenidos. Un control excesivo sobre ellos estaría más cerca de la censura que de la regulación. Por eso, cada persona tiene la posibilidad de mejorar lo que se ve en televisión haciendo una elección responsable y consciente de lo que consume, y reflexionando con su entorno sobre los valores culturales que transmite la pantalla.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar