jueves 28 de marzo de 2024
editorial

Parches, pero no soluciones

Por Redacción El Ancasti
Fiel a la política de los hechos consumados, las autoridades de la Obra Social de los Empleados Públicos salieron en los últimos días, apresurados por las noticias que daba cuenta de los padecimientos de los afiliados catamarqueños que residen en La Rioja y que tienen suspendido el servicio, a pagar una vieja deuda que tiene con la APOS, su par de la vecina provincia.

Entre OSEP y APOS existe un convenio de reciprocidad, a través del cual afiliados riojanos que viven en Catamarca cuentan con los servicios de OSEP y afiliados catamarqueños que viven en La Rioja cuentan –contaban, en realidad- con el servicio de APOS.

Para que reaccionaran las autoridades de la obra social local, no bastaron las gestiones de las autoridades riojanas, ni tampoco que los comprovincianos residentes en la tierra de Facundo Quiroga se quedaran, luego de algunas advertencias e intimaciones, sin la prestación; fue necesario, además, que el tema se hiciera público a través de El Ancasti.

El pago de la deuda, que corresponde a los años 2011, 2012 y 2013, aunque una pequeña porción data de la gestión del Frente Cívico y Social, empezó a saldarse esta semana, pero lo abonado llega apenas a los 185.000, mientras que la deuda total supera los 700.000 pesos.

Por este motivo es que el servicio sigue sin prestarse. Las autoridades de la obra social riojana pretenden, al parecer, que se pague al menos el 80% de lo adeudado para recién entonces habilitar nuevamente las prestaciones. Mientras tanto, persisten los inconvenientes para que los afiliados de OSEP en La Rioja accedan al sistema de salud, generándose algunas situaciones de extrema gravedad, como los pacientes que deben dializarse. 

Años lleva la OSEP sorteando obstáculos que la propia ineptitud de sus sucesivas administraciones va poniendo en el camino. Pero además lo hace a destiempo, como parches en vez de soluciones. 

Hace poco se conoció que, como si no tuviera ya suficientes deudas, deberá pagar una nueva, en este caso por 30.000 pesos, por la demora de nueve meses en la entrega de una silla de ruedas a un afiliado.

Quizás por el mismo camino vaya el caso de un empleado de Vialidad provincial, que desde hace nueve meses espera, sin ningún resultado positivo, que la OSEP le entregue el implante coclear que necesita para volver a oír, ya que en un accidente perdió el 100% de la audición del oído derecho y el 70% de la audición del izquierdo.
La ausencia de previsión financiera se ha manifestado en los últimos años, como es de público conocimiento, en el riesgo permanente que acecha a los afiliados de quedar sin el servicio de los profesionales médicos o sanatorios privados por el atraso en el pago de las prestaciones. 

Ahora que se acerca fin de año y se cierra un nuevo ejercicio, tal vez sea un momento propicio para que la OSEP reorganice su modalidad de funcionamiento, otorgándole previsibilidad a las prestaciones y seguridad de un buen servicio a los afiliados, que, dicho esto de paso, aún esperan la oportunidad de acceder, mediante un representante, a un lugar de decisión dentro de la obra social.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar