viernes 29 de marzo de 2024
EDITORIAL

La otra faceta del derecho a la identidad

Por Redacción El Ancasti
Nacido como símbolo de la lucha de una organización que marcó un antes y un después en la historia de la reivindicación de los derechos humanos, el Día Nacional por el Derecho a la Identidad que se celebra todos los 22 de octubre adquiere, con el tiempo, nuevas connotaciones, aunque mantenga el sesgo del objetivo inicial, que era la recuperación de los niños apropiados durante la última dictadura militar. 

El día fue instituido por la ley 26.001 del año 2004 en homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo, que, precisamente, un 22 de octubre, pero de 1977, comenzó sus actividades con 12 mujeres. Lo hicieron apenas seis meses después de que las Madres de Plaza de Mayo dieron inicio a sus rondas en el tradicional espacio público porteño.

Originalmente se identificaron como "Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos”, pero pasaron a la historia como las "Abuelas de Plaza de Mayo”.

La historia posterior es conocida: tras casi cuatro décadas de arduo trabajo, Abuelas ha logrado la restitución de la identidad de 115 nietos que habían sido secuestrados luego de que sus madres dieran a luz en centros clandestinos de detención.

En 2001, por ley nacional 25.457, se creó la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, uno de cuyos objetivos es la de impulsar la búsqueda de hijos e hijas de desaparecidos y de personas nacidas durante el cautiverio de sus madres, en procura de determinar su paradero e identidad.

Pero, además, el organismo tiene otros propósitos, como coadyuvar en el cumplimiento del compromiso asumido por el Estado nacional al ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño -Ley 23.849-, con rango constitucional desde 1994, en lo atinente al derecho a la identidad; intervenir en toda situación en que se vea lesionado el derecho a la identidad de un menor y recibir denuncias sobre robo y tráfico de menores, despojos a madres y adultos con identidad vulnerada.

Es que la lucha por el derecho a la identidad se actualiza y trasciende largamente la restitución de los niños robados en la década del setenta. Por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño en su artículo 7º indica que "el niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos”. Por su parte, el artículo 8 manifiesta que "los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares (…)”.

La indocumentación, sobre todo de los niños, no sólo implica una flagrante violación del derecho a la identidad, sino que expone a las personas a graves riesgos, como la trata de personas, el tráfico de bebés y, en los casos extremos, al tráfico de órganos.

De modo que, al conmemorar esta fecha, resulta imprescindible que, sin restarle importancia a la tarea desarrollada por Abuelas de Plaza de Mayo, se focalice la atención también en esta otra faceta del derecho a la identidad, con consecuencias tan graves como las generadas por el plan sistemático perpetrado por la dictadura.
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